se esperaba más
Tras la lectura de Conversación en Princeton (Alfaguara, 2017), libro en el que se
reúnen los diálogos sobre literatura y política que mantuviera Mario Vargas
Llosa con el crítico Rubén Gallo durante un semestre académico de 2015, arribo
a sensaciones encontradas.
Subrayemos que el recorrido por estas
páginas nos revela la vigente lucidez intelectual de una de las plumas más
privilegiadas de la narrativa contemporánea. Puede sonar a lugar común, pero
no. Si hay algo en lo que Vargas Llosa ha destacado como pocos, es precisamente
en la amplitud de su mirada para leer la realidad, sea para fines de ficción,
como de interpretación. Alegra ser testigo, una vez más, de su coherencia
intelectual (pequeño detalle del que deberían aprender los agrandados de las
aldeas literarias), también de su ética creativa que ha cuidado y fortalecido
en más de cincuenta años de trayectoria. Gallo, como responsable de este
despliegue discursivo del Nobel, dirige las sesiones con rigor y claridad
expositiva, abordando tópicos como la teoría de la novela, el periodismo y la
política, que incentivan el despliegue de la cultura oceánica de Vargas Llosa. A
ellos, se suman los alumnos, que nos brindan acercamientos a los títulos más
conocidos del autor, o, en todo caso, aquellos escogidos por Gallo para
direccionar la mayoría de estas conversaciones. Pensemos en Conversación en La Catedral, Historia de Mayta, ¿Quién mató a Palomino Molero?, El
pez en el agua y La fiesta del Chivo.
Párrafo aparte merece la participación
de Philippe Lancon, periodista sobreviviente del atentado islamista contra el
semanario Charlie Hebdo, ocurrido el mismo año en que suceden estos diálogos. Lancon
describe al detalle lo que vivió aquel fatídico día: los terroristas ingresaron
a las instalaciones de la revista sabiendo que había pocas vías de escape. Tuvo
que fingir que estaba muerto y aguantar en silencio la bala incrustada en su
cuerpo. No exagero: este testimonio es el inmediato vínculo sensorial con el
lector, el toque de sal en las páginas de la publicación.
Sin embargo, tengamos en cuenta que
muchas preguntas y respuestas son de conocimiento del lector recurrente de
Vargas Llosa. Podríamos asumir que sus respuestas son producto de la impresión
primeriza de los alumnos que comienzan a descubrir
su poética narrativa. El escritor ofrece nuevos caminos a su obra, como también
a su pensamiento (en lo referido a la político, el rol del periodismo hoy y la
situación del terrorismo internacional), mas no hallamos información que
podamos catalogar de relevante. Tampoco podemos pasar por alto la profunda
decepción que sentimos en la sección dedicada a El pez en el agua, cuyas preguntas están marcadas por la obviedad,
ni qué decir de las respuestas, muy lejanas de toda motivación a repreguntas
que rescaten este apartado que prometía nuevas ideas sobre uno de los libros
mayores de nuestro escritor.
Por lo dicho, se deduce que a Conversación le faltó arrojo, quizá sus
interlocutores se vieron eclipsados ante el autor (suele ocurrir, no importa
cuán experimentado sea el alumno o especialista). Pese a ello, no estamos ante
un libro que decepciona, pero sí ante uno del que esperábamos muchísimo más.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal