lingote de oro
Según amigas y patas, estoy fumando cada
vez menos. Al respecto, conversé con Carlos días atrás, mientras caminábamos por
toda la Benavides. Le pregunté cómo decidió dejar de fumar, cosa que no deja de
sorprenderme.
Tiene razón, la adicción al tabaco es lo
más difícil de superar. Sensación de vacío y angustia, así calificó lo que
hasta hace seis meses era su dependencia.
Le comenté que había bajado la dosis,
pero no llevado por el cuidado de la salud, menos motivado por una inusitada
fuerza de voluntad. No es que haya perdido el gusto por fumar, solo que
atravieso una etapa en que hacerlo no es prioridad, a lo mejor ello se
relacione con el calor, como evitar la sensación de ahogo meloso y mareo
inmediato, situaciones de las que en teoría paso de largo porque estoy siempre
bajo sombra y ventilado, a la espera de la tarde noche para salir de casa.
En ese trayecto a Caminos del Inca resultó
inevitable no referirnos a lo que estábamos leyendo. Carlos es un pata que lee
mucho y es también muy generoso al momento de compartir información. Últimamente
está releyendo a los maestros de la narrativa policial, lo que me lleva a
pensar si los meses de verano son más propicios para relectura, puesto que
vengo escuchando varias impresiones parecidas entre conocidos y patas. Por mi
lado, le conté que un lingote de oro me tiene hipnotizado: Cuentos completos de Ednodio Quintero, escritor venezolano y gran
prosista en castellano. De Quintero podemos encontrar una novela que es todo un
tributo a la locura y el sueño, El amor
es más frío que la muerte. Búsquenla.
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