miércoles, diciembre 30, 2015

"amistades literarias"

Por alguna extraña razón, el inglés Ford Madox Ford es un autor más mentado que leído. No hablamos de una impresión, sino de una certeza que los verdaderos lectores haríamos bien en comenzar a erradicar. A la fecha, la obra de este inglés ha sido y es no menos que influyente en poéticas como las de Ezra Pound, Samuel Beckett, J.M. Coetzee, et al. En este sentido, la pregunta se impone sola: ¿Por qué Madox Ford no ha sido leído como debería por los lectores hispanoamericanos? ¿Por qué su magisterio no se deja sentir en las voces mayores y nuevas de la literatura hispanoamericana? Las posibles respuestas se dispararían en pueriles y eclécticas especulaciones que nos alejan de una solución a esta realidad que deberíamos erradicar. 
Como lector, la única solución, y por demás implícita, es comenzar a leer la obra de este inglés que no solo supo escribir bien, en cuyo destilo descansa la epifanía de su novela “El buen soldado”, a saber. También fue un exquisito difusor cultural, director de revistas literarias en las que se dieron a conocer las voces mayores de fines del XIX y la primera mitad del XX. 
Digamos también que Madox Ford tuvo una infancia privilegiada en lo intelectual, más una juventud consagrada a los saberes y la generosidad al dar a conocer a las otras voces. Pues bien, la presente publicación es un testimonio de esa faceta del autor. En “Amistades literarias” (Ediciones UDP, 2010) se nos habla de forma risueña y con no poco afeite de los escritores y artistas que el inglés conoció a lo largo de su vida. Podríamos hablar en principio de perfiles, pero no, hablamos de estampas, de pequeños de frescos, que no solo nos dan cuenta de importantes voces literarias (Turguenev, Conrad, Pound, James y William Henry Hudson, Wilde y Joyce), sino también de toda una época, en la manera que se pensaba y discutía de arte, cultura y política. Por otro lado, y sin caer en la infidencia, el autor nos cuenta lo que no les agradaba de sus escritores y artistas admirados, valiéndose de anécdotas y situaciones, y detallando sus posturas ante el oficio creativo. Mediante Madox Ford sabemos un poco más de estos grandes escritores, y, ante todo, lo que importa: sabemos más de Ford Madox Ford.


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