sábado, febrero 11, 2017

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En mi mochila viajera, que llevé a una reunión a sugerencia de Julio, que me dijo que llevara una mochila grande, porque me dijo que saldría más ganadazo que Toledo en el Melody, cargaba más de treinta kilos en libros, libros que exhibían una peculiaridad: cada libro era un titulazo.
No era para menos, y en vista de ello, pasé parte de la tarde escogiendo qué mochila llevar. Entonces escogí a La Guerrera, que vaya que tuvo más de un momento de gloria, en especial en esos viajes intergalácticos y ayahuasqueros en Cusco, en el 2010. Con La Guerrera caminé cientos de kilómetros, subí montañas, descubrí ruinas arqueológicas aún no explotadas por el negocio del turismo, etc. Tenía otras mochilas grandes, pero estas no habían pasado de la frontera de la experiencia viajera, nunca fueron confrontadas con las exigencias del peso.
La llevé a la reunión y confirmé lo que vaticinó Julio. Pero más satisfecho quedé porque conocí a un editor legendario, quizá el Editor en este país que le da la espalda a la lectura. Como suele ocurrir en las reuniones pautadas por la temática literaria, no sentimos el curso del tiempo, al punto que habían pasado más de seis horas desde que llegamos.
Nos despedimos del Editor.
Julio y yo caminamos hasta la Javier Prado. Como no había fumado en varias horas, me puse al día con los puchos. La Guerrera resistía y los ligeros sonidos de sus desgarramientos los sentía en los hombros. Eran los mismos ligeros sonidos de nuestros viajes pasados, pero confiaba en su resistencia.
Me despedí de Julio en el cruce de Javier Prado con Aviación. 
Tomé un taxi a casa. En el trayecto, revisé en el mi celular mi correo electrónico. De los que varios que esperaban respuesta en la bandeja, encontré la moderación de un comentario a uno de los posts del blog. Me bastó leerlo para saber que ese comentario me lo mandaba mi amigo Miguel Gutiérrez, que ponía en vereda a un mutante que se burló de él en su velorio. Lo aprobé y compartí el enlace en mi muro de Face. La enseñanza es implícita: tarde o temprano, si te portas como basura, la pagas como tal.

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