safety check
Lo curioso que viene ocurriendo en estos
días en los que la naturaleza se manifiesta con toda su furia, furia que no
estaba para nada prevista, calificada por las instituciones medioambientales
pertinentes como histórica, es que más de uno no utiliza las redes sociales a
la altura de las circunstancias. En una situación como esta la comunicación
resulta no menos que importante, por medio de estas podemos hacer cosas muy útiles,
como coordinar ayuda para nuestros hermanos peruanos que sí están sufriendo las
inclemencias que generan las inundaciones.
Me explico: desperté temprano para
seguir avanzando la edición de tres textos. Aunque algo vi la noche anterior,
creí que lo visto no era más que una alucinación producida por el cansancio y
la preocupación. Sin embargo, esa alucinación resultó ser real y potenciada
como tal en la dimensión de lo que puede generar la poca reflexión y las
desmedidas ansias de figuración, ansias que exponen la radiografía frívola de
aquellos/aquellas que de sentido común tienen tanto como de mal gusto.
La única calamidad que viene sufriendo
la ciudad de Lima es la falta de agua potable. La institución encargada de
suministrarla, Sedapal, ha impuesto un horario de suministro, horario que puede
darse de baja como también extendiendo el corte de agua, ello dependiendo del
lodo que traiga el río Rímac. Esa es la calamidad que vive la ciudad de Lima,
salvo algunas excepciones distritales como San Juan de Lurigancho, Chosica, Chaclacayo,
ubicados cerca del río capitalino. Lo mismo podríamos decir de los distritos
del sur de la capital. Ayer vimos cómo una mujer sobrevive en Punta Hermosa
mientras es arrastrada por el huaico, la gesta de esta valiente mujer es ahora
la imagen que la prensa internacional usa para dar cuenta de lo que viene
ocurriendo en el país.
Cuando la tragedia llega a Lima, el Perú
despierta. Esa es nuestra tara. Pero lo que ha estado sucediendo en el norte, centro
y sur del país, y desde hace semanas, es una tragedia incomparable a las
pequeñeces capitalinas. No hay agua potable y ese es el mayor drama de la
chibolada pulpín, como de los cuarentones burgueses que se portan como pulpines.
Gracias a esta pulpinada intergeneracional he visto el mayor acto de estupidez
en aquellos que se autoerigen como privilegiados del pensamiento crítico y el
activismo: hicieron uso del Safety Check de Facebook. Puedo entender el Safety
Check si vivieran en las zonas afectadas, pero no, la mayoría vive en distritos
como La Molina, San Miguel, Miraflores, Barranco, Jesús María, Surco, Cercado,
Los Olivos, La Victoria, San Luis, San Borja, Magdalena, San Isidro, San Martín
de Porres… En fin. El furor de la estupidez.
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