madurez y oficio
Entre los libros de ficción que me deja
la última edición de la FIL, uno llamó gratamente mi atención: el cuentario Incorruptos (Montacerdos, 2016), de la
crítica y escritora chilena Carolina Melys.
Su lectura –lo pueden intuir los
seguidores del blog– me confirma el buen momento que atraviesa la narrativa
chilena, cosa que me alegra porque pensaba que el asunto corría el riesgo de
experimentar una natural desaceleración. A diferencia de otros libros de
ficción chilenos, percibo en la autora no solo seriedad de oficio, sino también
madurez, que se reflejan en la fuerza de su tema y en la funcionalidad de su estilo.
Obviamente, no hablo de un libro
perfecto, sin embargo, todos sus cuentos exhiben un nivel a celebrar. De los
cinco cuentos (Las historias que nos
contamos, Fragmentos de una higiene
doméstica, Uniformes, Como un rey y el que titula la publicación),
hallamos dos que sobresalen, el primero y el último, destaquemos del mismo modo
el tercero.
Si hay un tema (literal y metafórico)
que viene siendo muy abordado en la narrativa latinoamericana actual, ese tema
es precisamente el de la muerte. En este sentido, Melys lo aborda desde la
condición de la enfermedad, el cáncer, que vemos en todo su esplendor en los
cuentos que acabamos de celebrar. En el primero, el duro viaje interior de la
despedida y en el segundo el reconocimiento, ambos en relación a la figura del
padre. En Fragmentos… y Como un rey, la autora nos brinda un
acercamiento a las secuelas de la dictadura de su país, mas hubiésemos
preferido un desarrollo más extenso a cuenta de que sentimos que los argumentos
pecan en la ansiedad de su cierre; cuestión aparte, quizá algo ajeno del hilo
temático del conjunto, Uniformes se
nos revela como un fresco de la adolescencia noventera, en donde el hecho de parecer no solo es el camino a la
aceptación colectiva, sino que acarrea duras consecuencias, tal y como lo vemos
en la adolescente mormona que protagoniza el cuento.
Líneas atrás indicamos que Melys exhibe
madurez, cualidad que no podemos dejar de saludar en un primer libro. Más allá
de sus evidentes logros literarios que ubican desde ya a su autora en la órbita
de la justificada expectativa, también se desprende de la publicación un
mensaje a considerar para los (muchos) autores que quieren publicar ya: no caer
en la desesperación, los libros salen cuando tienen que salir.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal