coherencia / tibieza
Mucho se dice de los principios que
rigen las nobles y justas causas sociales, y hay quienes han hecho mucho dinero
en base a ese discurso, cosa que no tiene nada de malo, siempre y cuando se
muestre coherencia y un claro compromiso de servicio hacia el otro.
Pero no siempre vemos coherencia, porque
los principios se ponen a prueba cuando se hallan en un entredicho con los
intereses profesionales, políticos y económicos. Cuando ocurre ese
enfrentamiento, que más que uno evita, es cuando vemos de qué están hechos los
principios de hombres y mujeres que trabajan en pos de causas “sociales” o
fines “nobles”.
En este sentido, gratifica ver actitudes
como las del psicólogo Ernesto Reaño, que puso en evidencia las prácticas discriminatorias
de un influyente colegio limeño contra niños con síndrome de Asperger. Reaño
bien pudo callarse y seguir tranquilo en su vida profesional, construyendo un
prestigio como psicólogo, es decir, pudo abocarse a la condena silenciosa, al
señalamiento desde el escondite, haciendo suya la cobardía del bacán de las
causas nobles. Así, pues cualquiera, hasta tú,
y más en esta era líquida.
Quien escribe estas líneas no se hace
problema alguno, en lugar de creer en el verbo tribunero, creo en la
consecuencia de los principios.
En la otra margen, hallamos un caso para
rabiar, sea por la acción cometida y el inmediato “silencio” que lo relativiza.
Obvio: hay que combatir el maltrato a la
mujer en este país, desde todos los frentes y sin filtrar las denuncias de
acuerdo a la filiación política, ideológica y amical que se tenga con el
maltratador. Lo digo en relación a Abraham Valencia, denunciado por sus
exparejas por maltrato físico y psicológico. Valencia, asesor político de Nuevo
Perú y de Veronika Mendoza, ve caer su carrera política a cuenta de un acto
condenable que pretendió tapar con la postura de la superioridad moral del
izquierdista. Y aunque las condenas zurdas a este sujeto han aparecido, estas exhiben tibieza
ante el horror. La situación sería distinta, por supuesto, si el agresor fuera un fujimorista
o un aprista, el enemigo político.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal