vacancia
Vacancia es la palabra que más repiten
los peruanos en estas últimas horas.
Me la pasé desconectado, disfrutando del
poco sol y de un rico almuerzo familiar en La Punta, pero tuve que abandonar la
reunión puesto que se me adelantó una reunión para las cuatro de la tarde,
cuando se supone que esta sucedería hoy viernes al mediodía.
Caminé a la Plaza de Armas (no sé si ese
sea su nombre, pero siempre he llamado así a la plaza principal del distrito).
Subí una custer vacía, con la idea de llegar al cruce de la Marina con Universitaria,
en donde finalmente tomé un taxi a San Borja.
Por esas cosas extrañas, como si las
circunstancias confluyeran, y en verdad no quiero especular más para que no se
me malinterprete, sucedió que más de la mitad de los pasajeros comentaban del
nuevo pedido de vacancia contra PPK.
Cada vez que viajo en el transporte
público me desentiendo de la conversa ajena, pero esta vez no fue así, cosa que
me alegró, porque percibía criterio y sentido común en lo que escuchaba en los
pasajeros. Ojalá nuestros congresistas se iluminen, se hagan una entre tanto
hueveo, hombres y mujeres de la patria que, una vez más, son guiados por los
sentimientos menores bajo el pretexto de querer moralizar el país. Como bien se
dice, el chiste se cuenta solo. Resultan evidentes los fines políticos y
partidarios que esta vez los motivan.
No es que defienda a PPK. No se trata de
defender la autoridad de un hombre que ya quedó en la Historia peruana como un
mentiroso y un relacionista amoral. Lo que importa es defender un sistema
democrático, con falencias y agujerazos, que ahora está en peligro a cuenta de
los caprichos de una organización criminal que quiere blindar a su lideresa, a cuenta
de los preclaros nombres de la superioridad moral, como Huilca y Glave, que
buscan distraernos de las acusaciones que caerán sobre ellas tras su paso como
regidoras en la Municipalidad de Lima, animosas firmantes de las obras que
consiguió Odebrecht tras la campaña del No.
Esta mezcla de conchudez y amoralidad es
lo que anhela limpiar a este país de fierro, catre y botella. El plan está
diseñado para tomar el poder ni bien se vaque a PPK. Pero en vacancia no piensa
la gente, sino en trabajar, en que las inversiones se reactiven. Eso es lo que
está en sus mentes, no en los desagües discursivos de la derecha ultramontana,
ni en la letrina verbal de la izquierda, los componentes de un poder
legislativo que bien haríamos de calificar de porquería.
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