viernes, noviembre 17, 2023

Herbert Rodríguez: “La mayor parte de mi creación artística la he realizado en diálogo con la agenda social y política, de cada periodo en el transcurso de las décadas”

La reinstalación de la muestra La paz es una promesa corrosiva, bajo la curaduría de Jorge Villacorta y Viola Varotto, en la Sala Juan Pardo Heeren en la sede Lima Centro del ICPNA hasta el 17 de diciembre, promete avivar la discusión sobre los años 80. Su artista responsable, Herbert Rodríguez, conversa con CARETAS sobre su vigencia.

 

—Cuando esta exposición se presentó en la Bienal de Venecia, se desató una polémica intensa. Un año después tenemos su reinstalación en Lima.

En la reinstalación de La paz es una promesa corrosiva exhibo un tótem digital, con capturas de pantalla de doscientos comentarios, que son reacciones locales al primer conjunto de fotos del Pabellón Peruano en Venecia 2022, difundidas por Patronato Cultural del Perú en su Facebook. En amplia mayoría son de un visceral rechazo a lo que mostraban las fotos. Al final de ese grupo de opiniones, muestro dos artículos de revistas especializadas internacionales. Uno opina que el Pabellón Peruano es una de las mejores exposiciones de la Bienal, y, el otro, que es uno de los pabellones nacionales imperdibles en Venecia. Este contraste entre rechazo acá y valoración afuera, tiene que ver con la inexistencia en el Perú de políticas públicas relacionadas al arte contemporáneo, la igual inexistencia de museo público de arte actual, y, además, la nula presencia de expresiones plurales de arte contemporáneo en medios masivos de comunicación, como recurso para que el público amplio se actualice. En este escenario de carencias, sostener una carrera artística profesional actualizada, crear un arte con impacto social, exige una enorme cuota de resistencia.

La paz es una promesa corrosiva es pasado y presente. ¿Sigues siendo el mismo inconforme de los 80?

La mayor parte de mi creación artística la he realizado en diálogo con la agenda social y política, de cada periodo en el transcurso de las décadas. Un recurso de mi resistencia es el acopio de documentos relacionados a cada proceso creativo, su sistematización y difusión buscando el diálogo intergeneracional, por ejemplo, con la exposición y libro Inteligencia Salvaje de 2019. Y, claro, sigo siendo reactivo al racismo cultural normalizado en la escena institucional del arte peruano, y al hecho que la mayoría de las prácticas artísticas locales existan en su nube artificial flotando distante de la realidad social.

—¿Recuerdas por qué optaste por elementos artesanales?

El artista no puede hablar de cuestionar el elitismo en el arte, sea en las técnicas, soportes, contenidos y espacios de difusión, si sigue sosteniendo las categorías de lo “bello”, “sofisticado” y “excepcional” del arte oficial relacionado a los materiales convencionales de tienda de arte. Y, claro que es arte la obra que está hecha con materiales perecibles y baratos. Un dibujo o una composición, ¿deja de ser una obra de calidad artística por estar hecho sobre papel periódico? Me resulta más expresiva, creativa e innovadora, vital y pertinente. una obra hecha con técnicas mixtas y experimentales. Por ejemplo, una que utiliza documentos que reflejan la realidad social, poniendo en evidencia el problema del negacionismo hacia la época de la violencia. ¿Dónde difundir ese tipo de creatividad?, pues, en la calle, en parques y universidades, como fueron mis murales collage del 89, o los murales del jirón Quilca en el tiempo del CC El Averno, y, cómo no, en las salas de arte que respetan la autonomía creativa. La pregunta es ¿quiere el artista ser un profesional situado en su época que produce de cara a la comunidad amplia, o quiere ser un productor de obras de arte funcionales a un reducido sector conservador? Ojo, no pierdan de vista la ola de reformas que se vienen dando en los museos de la región y el mundo, que buscan ser foros de debate ciudadano, y, por lo tanto, una de sus tareas es desmantelar los obsoletos criterios de valor modernos, para recuperar prácticas artísticas marginadas y estigmatizadas, ejemplo, el collage agit prop.

 —Tu campaña Arte-Vida generó polémica. Te enfrentaste a Sendero Luminoso. SL ha estado presente en la vida política peruana en los últimos dos años.

Sí, considero que la opción política mesiánica y totalitaria, que buscó “inducir genocidio” en el periodo de la violencia, es una latente, potencial, amenaza. Desactivarla implica hacer realidad el eslogan “La paz nace de la justicia”. Idea propuesta desde la sociedad civil en los 80, para contrastar la opción violentista como recurso simplista para acabar con el terrorismo. Tu pregunta me produce ansiedad y zozobra, porque en estos tiempos de neoconservadurismo, ser artista crítico significa el riesgo de ser tildado de “comunista-terrorista”. Me remito a algunos de los comentarios del tótem digital, que mencioné antes, como análisis de caso de esta intolerancia. Y no importa que, de manera explícita y con evidencias de fotos y documentos, haya confrontado a Sendero en una universidad que ese grupúsculo terrorista buscaba copar. Y, desde el otro extremo, apelando a la insidiosa posverdad, alguno me acusa de ser funcional al aparato represivo del Estado.  Bueno, desde los 80 esta tensión marca a quienes queremos ver la realidad con los abiertos, ejerciendo autonomía creativa.

—Cuando no se discutía la violencia de género, por ejemplo, tú ya lo hacías en tu obra.

Nos falta una memoria de las políticas culturales relacionadas a las artes visuales. Mira esta lista de esfuerzos colectivos que buscaron cambiar el escenario de debilidad de las instituciones artísticas, la mayoría surgidas del propio sector de la cultura: Congresos de las Artes, Congreso de Políticas Culturales; Encuentro Nacional de Cultura, Somos Cultura, Picnic de Día del Trabajador del Arte, Vota Cultura, Lunes de Crítica, Asamblea General de Trabajadores de las Artes. Recordar cuándo se dieron y qué proponían, quiénes fueron sus protagonistas y a quiénes convocaron, sería útil para evitar que cada nueva generación de artistas se sume a un escenario de amnesia. Es complejo el reto de ser un artista ciudadano en un contexto de desmemoria.

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Publicado en CARETAS. Edición impresa 2689.

 

 

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