sábado, abril 30, 2016

462

Ocho de la mañana.
Pongo una película en la lectora de DVD. Una película de la que no recuerdo mucho, solo sé que es la última película de Alfred Hitchcock.
Family Plot.
No es una obra maestra, hasta podría decir que tiene más de un defecto narrativo, pero lo que nadie que me quitará de la cabeza es que el inglés era una genuina máquina de narrar y aquí una muestra más de esta certeza. Fácil una película como esta nos podría ayudar a comprender el porqué de la crisis narrativa del cine actual, que ha descuidado tanto el sentido de la narración, ese respeto que se debe tener por la fuerza troncal del argumento, de esa trama que sucumbe a otra clase de interés que no necesariamente son los cinematográficos.
Y claro, pienso en Hitchcock, ajá, un director muy popular, al nivel, y en caso más, que los nombres actuales.
Termino la película y me preparo una taza de café.
Cojo el celular y reviso mis mensajes de texto, Inboxs y mails. No hay algo que llame mi atención, todo corre por su cuenta, pero un Inbox de último momento, de esos inevitables, aparece en la pantalla. Es un Inbox de “Mr. Chela”, que me comunica que varias editoriales se han puesto en contacto con él por el revuelo que viene causando entre los lectores su novela inédita. Tenía una inquietud, esta: si debía cambiar el título original por el de El arcoíris de la ebriedad. En lo personal, creo que es un error optar por ese título, le dije. Y él también me dijo lo mismo, que los siete sellos le han pedido que no haga cambie el título, que quede con el primer título, o sea, Buenos criollos.
Me despido de “Mr. Chela”.
Le pongo la correa a Onur y salimos a comprar los diarios.
Antes de comprar los tres diarios de los sábados, me detengo a ver las portadas de los otros diarios. Cada portada más espantosa que la otra, ni hablar de la redacción que condimenta a cada portada. Onur también se siente espantado, pero no niego que lo me jode más no es el espanto de las portadas, sino el avance de La rata naranja. 
Sin duda, se vienen días y semanas de harta lucha. Y pensar que había gente ilusa y sin criterio político que juraba que Verónika Mendoza podía derrotar a la hija del dictador. 

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal