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Ayer salió muy bien la presentación de Los niños muertos. Lleno total en la
librería. Eso es lo que me gusta, que se reconozca la legitimidad.
Mi idea era regresar a mi casa y meterme
al sobre. Por alguna extraña razón, todo el jueves me sentí fatigado, con un
cansancio inusual, un entumecimiento general, pero ese malestar desaparece esta
mañana y barajo razones que me expliquen este fenómeno metabólico, quizá se
deba a la reunión en la casa de Richard, a la que fui después de la
presentación. Reunión con chelitas y whisky, y su respectivo pollito a la brasa
para recuperar energías.
La diversidad musical marcó la reunión.
Por un lado, los más tíos escuchando baladas de antaño en castellano, y por el
nuestro, algo de Jazz y rock. Todo okey, pero no voy a negar que más de una
balada que escuchaban los tíos retumbaron en mi cabeza, al punto que algunos
temas me significaron un regreso a los inicios de los ochenta. No recuerdo el
año exacto, ni la edad que tenía, pero sí que mis tíos escuchaban esas baladas
una y otra vez, de 5 a 7 pm, de preferencia, y de lunes a viernes.
No me quedé mucho tiempo. Regresé a
casa. Mientras estaba en el taxi, revisaba los mails e Inboxs, algunos de los
cuales podría de calificar de importantes y que merecían una respuesta
inmediata, pero había olvidado encender el cel, que apagué ni bien comenzó la
presentación de la novela.
Una vez en casa, me dispuse a leer un
toque, y leí un toque. Luego, en cable encuentro una película que vi hace un
tiempo, no más de seis meses, pero como empezaba a ser invadido por el sueño la
deje allí. Ahora, no puedo recordar su título en estos momentos, y algo me dice
que hace un tiempo escribí un párrafo de esta película, ajá, en este blog, es
solo hacer memoria mientras dejo que se diluyan solos los ecos de la noche.
Cerca de las 9 de la mañana, llamo a
Eloy Jáuregui, porque lo tendré esta noche en El Virrey de Lima. Hacemos las
respectivas coordinaciones del caso y todo sobre ruedas, a esperar lo que sería
un buen encuentro literario.
Regreso al sobre. Aún tengo sueño y
siento que bailan en mi pecho muchas bailarinas de ballet.
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