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Me levanté tarde.
Me quedé despierto hasta las ocho de la
mañana.
Escribía un artículo sobre una película
basada en un escritor que se suicidó hace no muchos años. Ya la había visto,
pero no la recordaba ciertos tramos y entonces me puse verla para reforzar
algunas impresiones. Mientras la miraba, hice un alto, porque Onur comenzó a
ladrar, más de lo acostumbrado. Entonces salí a la puerta, cosa que me
cercioraba a qué se debía su inquietud. Pero no, no era nada del otro mundo,
solo las caídas de unas maletas que se descargaban de un taxi en el que venía
un vecino, seguramente, de viaje.
Al regresar a la película, me cercioré
de unas hojas sujetadas con un gancho grueso. Las cojo y esas hojas eran el
texto que leí en San Marcos hace unas semanas, día en el que se celebraba el
aniversario de la universidad. Aquella vez hablé de la poesía peruana de las
nuevas voces que han aparecido desde el 2010 en adelante. Bien dicen que la
relectura nos brinda otras impresiones y esta relectura no resultó ajena a ese
dicho, ya que supe que debía reforzar en algunos pasajes, sin importar si
fortalecía mis críticas hacia el bajo nivel general y las poses infaltables que
se han vuelto una marca registrada de prácticamente todos los nuevos poetas,
poses que también han sabido estilizar los más discretos, aquellos que se
salvaban de mis señalamientos.
Reforzaré algunas partes del texto y se
lo pasaré a Jaime de LPG.
Vuelvo a la película. La termino y abro
al toque un archivo en Word, en el que avanzo cerca de 200 palabras. En unas
horas volveré al texto para reforzarlo, porque se me antojó ver otra película,
una de la que casi no recordaba casi nada, de la que solo guardaba algunas
imágenes muy concretas y que me conectaban con la protagonista, ni siquiera con
la trama o el argumento general, sino con la mujer que era la metáfora del
idealismo vital. Bueno, esa era mi impresión antes de sentarme a rencontrarme
con Betty Blue. Me puse a verla con
mucha expectativa, mas no calculé que duraba poco más de tres horas, que ni me
suma ni me resta, solo que hizo me acostara más tarde de lo que pensaba, pero
no importa, la película sigue siendo fresca y la volví a ella gracias a los
ecos que me hacían referencia a lo largo de la semana, ecos, que sentía en el
wsp, el chat de fb, hasta en los encuentros pautados por el azar, o en el trailer
que ves sin ver en el cable. No me hago problemas: cuando los ecos referidos a
un tema/tópico se me presentan de forma continua, los asumo como señales.
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