resistido pero admirado
Pese a su brevedad, he disfrutado mucho
con la relectura de Leer y escribir (2001),
de V. S. Naipaul, escritor británico, de origen trinitense-hindú y Premio Nobel
de Literatura 2001.
Volví a acercarme a estas páginas con la
firme intención de cerciorarme cuánto habían envejecido o cuán vigentes se
mantenían.
No es que no guste de la narrativa de
Naipaul. Por el contrario, sus novelas me siguen pareciendo fenomenales y, al
menos para mí, es uno de los mayores exponentes de la historia de la tradición
narrativa de aquello que se llama compleja sencillez.
Para conocer a este genial letraherido,
no es necesario adentrarse en La sombra
de Naipaul de Theroux. Aunque si deseas hacerlo, adelante, puesto que se
trata de un libro no solo muy bien escrito, sino también revelador en lo que
puede serlo. Sin embargo, bastaría picar una que otra entrevista en la red para
saber que este Nobel sufre de egotitis, como Fernando Vallejo; de patanería, a
lo Philip Roth; más una suerte de tendencia a la malhabladuría en cuanto a
mujeres.
Es que valgan verdades. Naipaul es un
grande entre grandes de la literatura contemporánea. Pero como ser humano me
sigue resultando demasiado insoportable. Sin embargo, acepto este prejuicio,
durante mucho tiempo creí que ese librito de Naipaul era un catálogo yoísta. Y sé
que esta impresión la tenía a razón de lo mucho que aún seguía resistiendo a
Naipaul fuera de la parcela de mi admiración: su ficción. No obstante, y pese a
los reparos con Leer y escribir,
nunca he dejado de reconocer que se trata de una de las radiografías literarias
más contundentes sobre la construcción de la biografía literaria: el estilo.
Debido a un par de gestiones que tuve
que hacer en los últimos días, salí, no sin antes buscar en mi desordenada
biblioteca mi ejemplar de Leer y escribir,
su brevedad era ideal para los papeleos que tenía que cerrar horas antes de que
empezara el feriado largo.
Pues bien, fue una hora y media de
lectura, o mejor dicho, de lectura de intensa felicidad. Más otra hora de
relectura lenta y profunda, e igual que durante la hora y media inicial, en
intensa felicidad. Como lo demuestra en sus novelas, no esperemos de Naipaul
ejemplos de pirotecnia verbal, característica que jamás le interesó como
escritor de ficción y menos lo sería en asuntos en los que tendría que hablar
de sí mismo.
El autor divide su texto en dos secciones
(Leer y escribir y El escritor y la India), en donde impera
la honestidad, no solo intelectual, sino también sobre su procedencia de clase.
Estamos, pues, ante un registro del nacimiento de una poética, signada por una
permanente búsqueda, no en pos del estilo (aspecto que lo tenía muy bien
definido desde el momento que quiso ser escritor, es decir, Naipaul se asumía
como “tocado” por las divinidades, que no era necesario incidir en lo que otros
grandes escritores como él si han incidido, pero estas páginas, felizmente,
superan sus altanerías, porque también son la historia de su estilo), sino del
tema, del pulso que lo guiaría y justificaría a lo largo de su trayectoria: la
oralidad hindú canalizada en el registro occidental. Al respecto, percibo una
posible mezquindad, pero no del todo flagrante, ya que en base a esta ha
forjado un incorruptible monumento literario (por cierto: no pocos críticos
serios califican a Naipaul como el mayor escritor vivo del planeta). Y lo
sugiere en más de una oportunidad: que la literatura hindú nace con su obra. En
fin, en realidad estos exabruptos no son dañinos. Si nadie dice nada del
abusivo magisterio realista de los adláteres de Vargas Llosa, para qué entonces
escandalizarnos con Naipaul.
Sus novelas están inscritas en la
tradición del siglo de la novela, el XIX. Las páginas dedicadas a este periodo
son, por lo menos, una delicia. Y es cierto lo que sustenta: no se puede
pretender escribir novelas, sea cual sea la intención de cada autor, si no
conoces las obras maestras que afianzaron el género. El resto es moda, escribir
en la absoluta nada.
…
Publicado en Sur Blog.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal