jueves, diciembre 14, 2017

dos novelas

Este 2017 va llegando a su fin y ya podemos especular sobre cómo nos ha ido en cuanto a la producción novelística local. Hemos tenido novelas que cumplían contando historias truculentas y atractivas, como La segunda amante del rey de Alonso Cueto; las que nos brindan un recorrido temático por la obra forjada, pienso en Las orillas del aire de Karina Pacheco y Destierro de Alina Gadea, tampoco pasemos por alto el riesgo verbal de La sinfonía de la destrucción de Pedro Novoa, destaquemos también la primera parte de Sustitución de Jack Martínez y el esperado destape de Alejandro Neyra con El espía innoble. E imposible no consignar los títulos enfrentados en un acalorado repechaje para erigirse como la peor novela del año: No tengo nada que ver con eso de Juan Carlos Ubilluz y No somos nosotros de Ricardo Sumalavia.
En estos últimos meses, en especial durante las semanas de la FIL, fuimos testigo de una ausencia: la del narrador serio. Pero lo que sí vimos fue al narrador entregado a la autopromoción y a la mentira de su éxito. Lo que el narrador peruano tiene que saber es que el verdadero lector es muy intuitivo para detectar la atorrantada, por eso es implacable en su castigo: sus libros no se venden. Además, si cada Like fuera un comprador potencial, estaríamos ante epígonos de Renato Cisneros, quien cumple con Dejarás la tierra, pero a la que no podemos equiparar con su novela precedente.
Dos novelas que me entusiasman: Esta casa vacía de Marco García Falcón y Quién es D´Ancourt de Carlos Arámbulo. La primera apela a la tersura narrativa y a la linealidad argumental, mientras que la segunda a la densidad en la prosa y a la complejidad temática. Transitan distintos caminos pero convergen en la parcela del dolor generacional. Nos hallamos ante novelas escritas desde la vergüenza anímica y la autodestrucción, en franco testimonio de que si se pretende narrar, no hay que guardarse nada. Léanlas.

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Publicado en Caretas

4 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Y nada sobre el libro peruano más reseñado del año (La Procesión Infinita). Ajá. Y así dices que lees libros y no personas.

11:43 a.m.  
Blogger Gabriel Ruiz-Ortega dijo...

?
de esa novela ya me ocupé

11:45 a.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

De las que has mencionado en tu post también ya te ocupaste, lo que sucede es que eres totalmente inconsecuente con lo que pregonas, por no decir que eres brutalmente posero. Es que eso ya todos lo sabemos.

11:53 a.m.  
Blogger Gabriel Ruiz-Ortega dijo...


jajaja: "de las que has mencionado ... también ya te ocupaste"... bien dicho
:)

11:57 a.m.  

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