perseverancia
No fue la final esperada de la
Champions, el Liverpool hizo su negocio ante un Tottemham que nunca terminó por
encontrar un sentido de juego, a esta
escuadra le faltó peso histórico, lo cual no quita mérito alguno al entrenador
Mauricio Pochettino, que con modesto material humano (si lo comparamos con la
inversión de otros clubes) consiguió llegar a instancias que pocos pensaban a
inicios de temporada copera.
Y más allá de la presencia fugaz de la
modelo Kinsey Wolanski al invadir el campo de juego, nos queda la satisfacción
mayor: haber sido testigo de la firma de la obviedad: la consagración de Jurgen
Klopp como uno de los más importantes estrategas de la actualidad. Esto lo
sabemos los que vemos fútbol, pero también sabemos que a Klopp le hacía falta
la legitimidad oficial, aquella que borra el sinsabor del fiel seguidor, que se
alegra y reconoce al entrenador serio y con personalidad, al que le gustaría
ver condecorado con uno de los mayores galardones del fútbol.
Entonces, lo que vimos ayer fue un
premio a la perseverancia (Klopp la hizo a la tercera), cualidad que se impone
en todos los proyectos de la vida, dignificándolos.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal