lecturas ediciones / "televisión" / "familias"
Lo he dicho más de una vez: la narrativa
chilena atraviesa un buen momento.
Ajá, sé que esta afirmación puede herir
susceptibilidades, mas no es el momento de curar los atentados emocionales que
sufre el ego. Lo dejamos para otro post.
Pues bien, ese buen momento de la
narrativa chilena, que lo podemos rastrear entre los experimentados y llamados
nuevos, no se podría entender si es que no destacamos la presencia de una
movida editorial, especialmente la independiente, que oxigena la oferta libresca
los grandes sellos.
No conozco como quisiera el circuito
editorial independiente chileno. Como sucede en todas partes, imagino que hay de
todo.
En lo personal, no me hago problemas.
Los catálogos me permiten saber quién es quién, de qué está hecha una
editorial, a qué aspira, y cómo no, los catálogos me brindan la certeza si es
que estamos ante lectores que editan o meros impresores que se hacen llamar
editores.
Si algo, por el momento, puedo decir de
Lecturas Ediciones, es que destaca por su sencillez y pulcritud, desde el
diseño sé adónde se dirige, el perfil de lector que busca. La hechura de sus
libros nos presenta el anuncio tácito: libros para lectores, solo eso,
lectores, no necesariamente muy trajinados, y, sí, ajenos a inevitables esnobistas
y poseros.
He podido leer un par de títulos que ha
publicado LE. Desde ya son publicaciones que merecen todas las buenas reseñas
que vienen consiguiendo. Ambas, antologías, las que nos abren más de una puerta
de acceso a dos de los escritores latinoamericanos lejanos del paquete
editorial, sin duda, de los pocos que quedarán en el gran futuro.
Televisión, del chileno
Álvaro Bisama.
Familias, del argentino
Fabián Casas.
En la antología de Bisama somos
partícipes de una selección de artículos y relatos que tienen como centro
temático a los programas y series de televisión. Tengamos en cuenta que Bisama
es un experto en la materia. Si bien es cierto que sus textos van en relación a
la televisión chilena, no nos enfrentamos con un tópico que habría de conocer
con antelación resultan, no es necesario, debido a su secreto, que no es tal a
fin de cuentas: Bisama nos habla de personas en toda la plenitud de sus
miserias y actitudes circenses. Además, los artículos y relatos vienen con el
respiro de su muy celebrado estilo literario. Los ecos, la gris sensación de
época, la desazón generacional, impregnan en el lector.
Con Casas ocurre algo similar, pero lo
suyo es más una miscelánea de ficción, crónica y poesía. Por momentos nos
parece una señal de atención para el lector que aún no ubica del todo al
argentino, una señal de invitación a conocerlo y leerlo íntegramente en todas
sus facetas. No es para menos, todos los textos seleccionados pueden ser
catalogados de joyas de escritura, pero de estas joyas, una destaca, una que
nos muestra su calidad de estupendo escritor: “Veteranos del pánico”.
Eso, señores: una editorial chilena que
se las trae y dos de sus autores a los que debemos de calificar de cracks.
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