sds
En los últimos días vengo escuchando y
leyendo no pocas críticas a Salvador del Solar, nombrado jefe de la Presidencia
del Consejo de Ministros por el presidente Martín Vizcarra.
La mayoría de los señalamientos a SDS
están barnizados por la gratuidad. Basta ver su CV para saber que se ha estado
preparando para un cargo político y público durante toda su vida. Cuestionarlo
por ser director de cine y actor, no es más que la constancia membretada de
mentes limitadas y llenas de prejuicios.
Se espera mucho de SDS y abrigo la
esperanza de que en esta nueva oportunidad de servir al país, pueda hacer lo
que no cuando estuvo a cargo del ministerio de Cultura. Ahora tiene más facultades
a disposición, ya no debe desempeñarse como el ministro buenagente encargado de
una cartera que no interesa a los tecnócratas en el poder. Espero que no la
cague, porque la cagó más de una vez siendo Ministro de Cultura. Todo un pecho
frío en temas de corrupción en el sector más complicado del imaginario estatal.
El mayor problema que percibo en SDS es su poco carácter para enfrentar
situaciones políticas que exigen, como mínimo, un pronunciamiento. Contra la
corrupción resulta insuficiente el verbo “diplomático”. De seguir en esa
costumbre, será una pantomima de buena gestión, un amago de decencia que se
estrella en la frontera de los intereses ocultos, un ejemplo de figuretismo que
como tal deviene en olvido. No deseamos eso.
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