la mirada de dc
Uno de los libros que pensaba encontrar
en estos días de feria no estaba en la categoría “de culto”, o como quieran
llamarlo los amantes del caletismo, sino uno que ya tenía y que deseaba
regalar. Sin embargo, por más que lo intenté (incluso armé un pequeño ejército
para tal función), no hallé La vida
después de Dios de Douglas Coupland.
Así es, del autor de la conocida novela Generación X.
La obra de Coupland viene envejeciendo a
cuenta del óxido de su novela más famosa y de las que dialogaban con los
tópicos desarrollados en ella (a saber, Planeta
Champú). Sin embargo, LVD luce
una cualidad que deberíamos conocer de este autor: la libertad de palabra (no
confundir con efectismo y afines). En principio se trataría de un libro de
cuentos, algunos más arriesgados podrían calificarlo de compendio de
microrrelatos. Más allá de definiciones genéricas, aquí hay una belleza
epifánica que sumerge al lector en la fugaz reflexión de la cotidianidad,
Coupland se entrega a la libertad discursiva que asocio más a las licencias de
la anotación y el espíritu del diario, pero aquel que se alimenta de la rápida
impresión del detalle (pensemos en Renacida,
el primer tomo de los diarios de Susan Sontag). Esta especulación la puedo
reforzar con la tradición del retazo, es decir, aquella obra que el autor
confecciona sin proponérselo, ya sea como ejercicio de prosa o solo por mera
urgencia de escribir. Los textos de LVD
rehúyen de la relojería cuentística, pero a la vez proyectan una tentativa de perfección
formal. Es precisamente en ese límite donde Coupland revela una mirada que
disecciona el suceso y el asombro.
No es un libro difícil de hallar, a lo
mejor no he tenido la paciencia para dar con él. Pero no importa, el dato ya está,
que es lo que importa a fin de cuentas.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal