"los viernes en enrico´s"
De las novelas que vengo leyendo en
estas últimas semanas, una se impone como lectura excluyente que nos descubre a
un autor que deberíamos comenzar a seguir. Además, su descubrimiento es también
una muestra más de la gran cantera narrativa que sigue siendo la novelística norteamericana,
tan generosa y pródiga en autores, tan libre en temas, tan ambiciosa en la que
no hay tópico que quede sin abordar. Esa es pues la impresión que nos deja una
extraordinaria novela, que no solo nos hace valorarla en sí misma, sino que nos
lleva a una revisión de las piedras angulares que sostienen la tradición a la
que pertenece.
Esta, y más, es la impresión que me
depara la lectura de Los viernes en
Enrico´s (Sexto Piso, 2015) de Don Carpenter (1931 – 1995).
¿Quién fue Carpenter?, se preguntará el
lector potencial. Carpenter fue un narrador reconocido en los claustros de la
academia, del mismo modo por los lectores. Sin embargo, no logró imponer su
obra en el imaginario del gran público. Tampoco nos referimos a un autor de
poética abstracta, y eso es lo raro. Los temas que signaron su obra estaban
llamados a despertar el interés de todo aquel que se precie de ser un lector
asiduo u ocasional. Con mayor razón cuando también se dedicó a la escritura de
guiones cinematográficos, conociendo como pocos los sinuosos circuitos de
Hollywood. En teoría debió gozar de un mayor reconocimiento entre los lectores
gringos y por extensión entre los de otras lenguas. No fue así en su momento y
es tiempo que Carpenter deje de serlo, porque Los viernes en Enrico´s es una novela que cumple, y con creces,
todas las exigencias, llamada a ser una novela para su disfrute total,
dirigiéndonos a lo que llamamos experiencia literaria.
La presente novela suda vida y literatura.
Ambientada en las décadas del cincuenta y sesenta del siglo pasado, entre San
Francisco y Portland, es decir, en un contexto en el que se respiraba
revolución y creación por igual. Los protagonistas tienen aspiraciones
literarias, quieren ser escritores, y en esta ansía quedan plasmados sus
talentos, frustraciones, esfuerzos y envidias, sea de manera individual con
Dick Dubonet, Charlie Monel, Jaime Froward y Stan Winger, o en una suerte de
atractiva explosión colectiva. Más allá de sus entendibles aspiraciones,
Carpenter nos pone en bandeja sus respectivas condiciones humanas, en testimonio
de sus contradicciones y coherencias por igual.
Toda novela necesita sal, su toque de
sabor, más aún en donde el juego y cruce de egos resulta determinante. Por
ello, el autor nos regala una presencia para recordar, perfilada con cariño,
llamada a quedar como el tierno y diabólico punto de encuentro/desencuentro de
sus letraheridos protagonistas. Nos referimos a Linda McNeill. O Linda, a
secas. La musa con pasado, que conoció como pocas a Jack Kerouac y a los demás
integrantes de la Beat Generation.
Linda no solo es dueña de una extraña belleza, sino también de una sensibilidad
que la lleva a detectar el gesto literario en donde los sabelotodos no pueden a
causa de su aparente superioridad intelectual, tal y como lo demuestra ayudando
al ex presidiario Stan.
Durante su vida Carpenter sufrió muchas
enfermedades. Era un hombre delicado de salud, y también depresivo. Luego de
una serie de eventos tristes, se suicidó a los 64 años, en 1995, dejando
inacababa esta novela. Después de varios años, sus herederos decidieron buscar
a un escritor que ordenara y terminara la novela. La búsqueda no fue muy
difícil. Durante mucho tiempo Jonathan Lethem estuvo haciendo proselitismo por
la obra de Carpenter. Si la obra de este estupendo escritor experimentó un
renacimiento valorativo, se lo debemos al autor de La fortaleza de la soledad. Lethem aceptó el reto y es posible
percibir en este trabajo el cariño y admiración que sentía por Carpenter. Lethem
respeta la sencillez de la prosa de Carpenter, no la violenta, por el
contrario, la cuida y la eleva, respetando el legado, porque esta novela es
también el legado de un autor al que solo le intereso escribir y explorar las
incoherencias de la condición humana.
1 Comentarios:
Hola Gabriel
Gracias por la recomendación de la novela
Cariños
Ana
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