martes, septiembre 11, 2018

"archivo de recortes"


El fin de semana terminé de leer Archivo de recortes (Escuela de Edición, 2018) del escritor y crítico Alonso Rabí.
Como bien reza el subtítulo, nos hallamos ante crónicas literarias en tono menor, seña que vemos reflejada en una prosa pausada y, en no pocos momentos, cautelosa, estrategia que termina rescatando del olvido a todos los textos que fueron escritos para la prensa cultural.
A diferencia de su anterior entrega, Animales literarios (2016), ahora el autor navega con más comodidad y seguridad. En este sentido, la selección que hizo de su producción exhibe una genuina pasión por sus autores favoritos y temas de interés, cosa que agradecemos porque en nuestro periodismo cultural urge la pasión generosa por compartir.
Rabí establece un diálogo cómplice con el lector, no importa si este es informado o no. Ahí lo del "tono menor", que asumimos en su dimensión íntima, como lo podemos ver en Y al comienzo fue un libro, Padre del periodismo gonzo, Un Beatnik en la Ciudad de los Reyes, El viejo lobo de mar, El periodismo latinoamericano, El desenfreno de Levrero, La ciudad de los cafés, De cómo Don Quijote llegó al Perú y Amor por correspondencia. No solo nos enfrentamos a una ética valorativa, sino también a un ánimo aleccionador, aquel que teje la información sin que esta se pierda en el mero efectismo del escueleo ni en el dato superfluo. 
Ahora, no sé si esta selección haya estado sometida a una nueva revisión por parte de Rabí, pero algunos textos debieron recortarse, a saber, el final de En busca del crimen perdido. Más allá del señalamiento, ADR se erige como el testimonio de una época en que el periodismo cultural cumplía una noble función, que con sus yerros y aciertos, transmitía un amor por la lectura. No como el que se viene practicando últimamente, tan entregado a la fiebre de la novedad y a los chabacanos pases del relacionismo.

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