"lcn" / ws
Más de una vez lo he dicho, sea en este
espacio, en Caretas y en alguna entrevista, seguramente a manera de queja: los
escritores peruanos desaprovechan su privilegiado contexto temático. Claro, en
esta sentencia hay mucho de preferencia personal, de ordenanza caprichosa que
como tal no es justa, puesto que cada creador es dueño de forjar su poética de
acuerdo a sus intereses.
Dicho esto, no puedo ser ajeno al entusiasmo
que me dejó La coca nostra (Alejo, 2018)
de Wilfredo Silva Mudarra.
Esta novela merece un post especial, que
haré en los próximos días. Mientras tanto, un par de preguntas se imponen, más
sus inmediatas respuestas: ¿Qué hacer para que circule en librerías limeñas, al
menos en las que no pidan tanto papeleo para la exhibición? No puedo asegurar
que su presencia en el circuito librero genere un impacto, pero sí podría concitar
la atención de algunos lectores que gustan del tópico del narcotráfico. La
segunda: ¿los escritores que escriben fuera de Lima son mejores? No lo creo. En
todos lados hay espantos narrativos, la diferencia radica en que los de acá
saben maquillar sus deficiencias gracias al relacionismo (pensemos en las
reseñas a pedido). En este sentido, WS ha forjado su trayectoria desde
Chanchamayo, lejos de este antro de frivolidades, es decir, de la distracción.
Por momentos, siento curiosidad por leer lo que ha publicado antes de LCN, cuya lectura me ha presentado a un
escritor maduro en oficio y que escribe con conocimiento de causa; además, me
revela su conocimiento del género de divertimento, pero aquel pautado por el trabajo en la
verosimilitud, sea en la voz narrativa, los personajes y la trama.
Ojalá, sí, ojalá, algún maravilloso
distribuidor se ponga en contacto con WS y vea la posibilidad de que su libro
pueda estar por estos lares.
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