jueves, octubre 11, 2018

fujimorismo


En un país normal, un personaje cuestionado como Pedro Chávarry no existiría, y si en caso sí, este no dudaría en renunciar. En un país normal, un personaje procaz como Héctor Becerril tendría acto de presencia solo en las más tétricas pesadillas. Pero bueno, nos encontramos en Perú, espacio-tiempo histórico en el que todo puede suceder.
El partido de mayoría congresal, Fuerza Popular, acaba de blindar al fiscal de la Nación y al congresista. Las pruebas sobraban, la inhabilitación era una cuestión cantada no por ordenanza legal, sino por sentido común. Es una prueba más del matrimonio de la esencia fujimorista con la corrupción, hecho que tira por los suelos el rollo indignado que vimos ayer tras la detención de Keiko Fujimori. Es decir, el ladrón condenando el hurto para luego proteger a delincuentes allegados, cómplices. Ese es pues el fujimorismo: achorado y provocador.
Lo penoso es que las evidencias y las pruebas de este comportamiento político gustan a cierta facción de la población. La filiación y simpatía hacia el fujimorismo tiene raíces fuertes, nada intelectivas, solo emocionales. Sus simpatizantes no buscan el convencimiento mediante la razón, su fe se asienta en la memoria de lo que vieron (tránsito oral de padres a hijos) durante el primer gobierno de Alberto Fujimori. A esta gente no le importa si el plan económico perteneció al Fredemo de Mario Vargas Llosa, mucho menos que el plan antiterrorista haya sido desarrollado por un pujante y entonces olvidado grupo de inteligencia. Nada, para ellos es así: Fujimori rescató al país del desastre económico y acabó con el terrorismo. 
Es cierto que el fujimorismo está atravesando su peor crisis desde la salida de los vladivideos en 2000. En lo personal, ruego para que desaparezca, pero estos deseos no son nada si el Estado y los políticos de buena voluntad no empiezan a trabajar en lo que importa: en los menos favorecidos.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal