abundancia de antologías
Después de muchas horas, me conecto a las
redes y entre lo que veo, me resulta imposible pasar de un fenómeno digno de
estas tierras: la existencia de antologías temáticas, para todos los gustos, al
punto que tengo la impresión de que hay más antologías que libros unitarios.
Las antologías son necesarias, al menos es lo que en general pienso de ellas,
pero ¿qué pasa cuando comienzan a abundar? Uno se pregunta por la motivación
que hay detrás. Al respecto podemos barajar innumerables especulaciones, desde
los amigos que se quieren dar a conocer hasta los que abiertamente comienzan a
trabajar en las bases de lo que será su reconocimiento. Todos los caminos son
lícitos, pero a uno le gustaría ver en los mismos aunque media luz de epifanía.
Lo digo porque el año pasado leí muchas antologías, la mayoría de ellas
tremendas porquerías que sencillamente en un circuito relativamente irregular
no existirían.
Hubo un tiempo en que las antologías
generaban reseñas y comentarios encontrados, y lo más importante: te permitían
ser partícipe de un suceso, podías especular sobre los vientos que nutrían a
ciertas poéticas y de cómo estas en conjunto suscitaban un interés en los
lectores. Ahora impera la mescolanza y el posicionamiento a lo bestia de los
antologados, la proyección del parecer
escritor sin importar que no se diga ni mierda en los textos.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal