sábado, noviembre 02, 2019

reseñismo de competencia


Después de un tiempo, regreso a las redes literarias del lindo Perú. No son pocas las sorpresas que uno encuentra, pero una de ellas llama mi atención, no por ser sorpresa positiva, sino por su evidente lastre, es decir, la negatividad que pocos asumen como rigor.
Así es, el reseñismo.
Si existe el reseñismo amical (el que domina por estos pagos), del mismo modo el argollero y el infaltable vengativo, no podemos dejar de pensar en el reseñismo de competencia.
Aquí el celador aborda la obra de turno desde el ánimo destructor y no tiene la más mínima intención de brindar luces sobre el título que escribe. Lo que le importa al celador es dinamitar para lucirse. No veo nada de malo en el lucimiento de la tradición personal, menos cuando esta se relaciona con la dinámica del estilo en la reseña; tampoco subrayo el hecho de que un escritor desgrane la obra de otro. Sin embargo, para que estos criterios se cumplan, urge dinamitar el lugar de competencia desde el que se escribe. Con mayor razón cuando la obra del celador irradia una prosa amaneradamente imbécil con evidente inclinación al aburrimiento. 
Lamentablemente, esta práctica inmoral desestima el ejercicio de la reseña, proyectando una injusta idea de la misma. Y claro, nos dice mucho de quien se lanza a destruir una obra cuando la suya propia es una mierda al lado de esta.


0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal