miércoles, noviembre 28, 2007

Entrevista: Marco García Falcón

lunes, noviembre 26, 2007

Tino Pertierra - Taller & Conferencia

Click en la imagen.

miércoles, noviembre 21, 2007

José Ángel Mañas sobre "El secreto del Oráculo"

El lunes en la noche recibí un mail que me comunicaba que mañana jueves 22 se llevará a cabo la presentación de "El secreto del Oráculo", la nueva novela del escritor español José Ángel Mañas.

Cuando abrí el archivo en PDF que se me adjuntó en el mail, me di con la sorpresa de que este libro es distinto a lo que Mañas ha desarrollado en sus entregas anteriores, exitosas por cierto, ya que en “El secreto del Oráculo” se aborda al histórico Alejandro Magno.

Movido por la curiosidad le propuse a Mañas, para LFDLS, un breve diálogo en torno a esta aventura literaria, el cual tienen a continuación:

Hace varios meses, cuando te entrevisté, me dijiste que la referencialidad es un elemento clave en tu narrativa, sin embargo, esta novela escapa al acto de recrear una realidad inmediata puesto que ésta tiene como protagonista a Alejandro Magno.

Sí y no. No es una referencialidad realista contemporánea, pero es una referencialidad realista histórica. Hay que tener mucho cuidado al meterse con las descripciones porque la gente conoce ese momento histórico y uno tiene que ceñirse con una fidelidad suficiente a los documentos. En definitiva, que vuelve a haber referencialidad, sólo que no en el sentido en el que lo empleé durante la entrevista que hicimos.

¿Desde cuándo tienes el interés por este personaje? Por la temática, es un hecho que has tenido que documentarte.

La novela surge, en realidad, de una conciencia repentina de tener una laguna en mi cultura general con respecto al periodo clásico y, más concretamente, el helenístico. Digamos que me puse a subsanar esta carencia y empecé a leer los textos de la época: Platón, Aristóteles, Sófocles, Aristófanes, Tucídides, y los ya más tardíos como Arriano o Plutarco, etcétera. Y una vez saciada mi curiosidad me di cuenta de que ya me había documentado sin casi darme cuenta sobre una época en la que podría escribir una novela. Invertido el esfuerzo, se trataba de rentabilizarlo, y eso fue lo que hice. Los dos periodos más atractivos eran el siglo de Pericles (el V a.C) y el de Alejandro (el IV a.C).

¿Por qué Alejandro?

Pues porque su aventura es colosal y con su Conquista atraviesa las tres grandes civilizaciones de la antigüedad: Egipto, Mesopotamia y Persia, amén de llegar hasta prácticamente la India (se quedó en el actual Pakistán). Y luego geográficamente lo tienes todo: batallas marítimas y batallas terrestres, travesías por el desierto, marchas inacabables por las montañas, asedios y hasta junglas con elefantes. La Conquista de Alejandro es como “El señor de los anillos” sólo que en realista. Es la aventura más universal del periodo.

Por lo que leo en el texto de contraportada, todo indica que “El secreto del Oráculo” es un ajuste de cuentas del conquistador con su pasado.

La novela arranca con Alejandro agonizando en su lecho de muerte y recibiendo la visita de los fantasmas de los que han perecido por su causa, encabezados por su padre Filipo, que efectivamente le recriminan muchas cosas. Era la manera de poder bucear en la personalidad de Alejandro y sobre todo en aquella parte de su vida previa a la propia Conquista (porque por lo demás la novela relata linealmente la invasión del Imperio Persa desde el momento en el que Alejandro cruza el Helesponto, el actual estrecho de Dardanelos, en la primavera del 334 a.C hasta el momento de su muerte en Babilonia en el 323 a.C.)

¿Hubo algún suceso que fue difícil recrear?

Lo que me ha costado más ha sido documentarme para recrear las ciudades de la época, no tanto Alejandría, Halicarnaso, Atenas o Babilonia, que están muy documentadas, sino las otras, las menos conocidas, como Bactria, que he tenido que inventar prácticamente desde la nada.

¿Qué te dejó esta experiencia novelesca muy distinta a tus anteriores libros?

He aprendido muchas cosas sobre la técnica novelesca y sobre la técnica descriptiva y también sobre la propia historia de los griegos (una historia que en buena medida desconocía), con lo cual ha sido una aventura provechosa. Es importante, de vez en cuando, salir de los senderos que uno conoce y explorar nuevos caminos para seguir creciendo como novelista.

¿Tus siguientes novelas tendrán personajes históricos como eje?

No sé si volveré a hacerlo; dependerá en buena medida de la acogida de mi iniciativa.

sábado, noviembre 17, 2007

J. G. Ballard - "Noches de cocaína" & Perfil

“El imperio del sol”, “La exhibición de atrocidades” y por supuesto “Crash” son las únicas novelas que había leído del británico J. G. Ballard (Shangai, 1930). Seguramente muchos llegamos a “Crash” gracias a la conocida adaptación de David Cronenberg, si no es así, si sólo te has quedado en la película, pues la novela aún puede encontrarse.

Desde hace muy buen tiempo veía a “Noches de cocaína” en los anaqueles de Crisol (ese supermercado de libros donde se permite todo menos fumar), y simplemente lo dejaba pasar y pasar, llevado, quizá, por el prejuicio de que el desarrollo de la novela ya estaba escrito desde el título de la misma. Esto no ocurrió el miércoles último, porque ya cansado que el lomo de “Noches de cocaína” me mirara y mirara, lo cogí, y lo compré.

Con la idea de avanzar las primeras cincuenta páginas, para luego terminar la lectura de la novelaza “Fabulosas narraciones por historias” de Antonio Orejudo, me sumergí en lo que es un genuino vértigo que me llevó a devorarla en la madrugada del jueves, marcado por el insomnio (que ingenuamente creí superado) y el sonido atonal de la trompeta de Chet Baker, que me dejó con un gran sentimiento de culpa por el tiempo que dejé de leer a este escritor, de quien no soy un conocedor de su obra, pese a haber disfrutado muchísimo con las tres novelas citadas a inicio del post.

Los personajes de Ballard tienen esa inclinación por la autodestrucción, saben que van a quedar dañados, tanto físicamente como emocionalmente, saben que sus objetivos existenciales y materiales no tienen razón de ser si es que no tienen la sombra del fatalismo, como si la felicidad o la tranquilidad fueran pestes a las que sí o sí evitar.

Charles Prentice es un cronista de viajes que llega a Estrella del mar, localidad de Costa del Sol, con el fin de saber qué es lo que ocurre en la cabeza de su hermano Frank, quien se autoinculpa por la muerte de cinco personas en un incendio, cuando lo cierto es que las pruebas y testimonios lo eximen de tal responsabilidad. A diferencia de muchos personajes de novela marcados por el crimen, el delito y la estafa, los de Ballard no se refugian en sus escondites, dan la cara, asumen sus responsabilidades a tiempo, no se amparan en la lástima de los afectados, le hacen ascos a toda vestidura de víctimas. La pulsión por lo prohibido supura en casi todos los personajes de esta suculenta novela y, como tiene que ser, también las ganas de saber el por qué realizarlo es tan adictivo:

“ - ¿El delito?”
- El delito y la conducta transgresora... es decir las actividades que no son necesariamente ilegales, pero que nos invitan a tener emociones fuertes, que estimulan el sistema nervioso y activan la sinapsis insensibilizadas por el ocio y la inactividad. –Sanger hizo un gesto hacia el cielo del anochecer como un conferenciante que señala en un planetario el nacimiento de una estrella.- Mire alrededor ... la gente de Estrella del Mar ya ha dado la bienvenida a todo esto. "


Como Ballard es un escritor que piensa en el lector, un escritor de asunto, en “Noches de cocaína” no hay ningún amago formal, ninguna gambeta experimental, seguramente porque lo suyo es contar una historia, una muy buena historia, apelando a la estructura clásica de la novela.

En Youtube pueden encontrarse muchos videos sobre J. G. Ballard. Busqué uno sobre esta novela, pero no encontré. Aún así, me quedo con este perfil que preparó la BBC. Imperdible.


jueves, noviembre 15, 2007

Entrevista (actualizada): Pablo De Santis

Entrevista: Ana Muñoz de la Torre

"Ella y La orgía perpetua" es un canto a la libertad en estado puro trasladado a todos los terrenos

Ana Muñoz de la Torre, escritora

Estamos ante un fenómeno que cada vez tiene más adeptos en Internet. Quiérase o no, el formato del blog es un arma poderosísima para la creación y el debate. Uno de los blogs más visitados en España es el blog literario “La orgía perpetua” de la cordobesa Ana Muñoz de la Torre . En este blog nos encontramos con Ella, quien nos cuenta a manera de susurro lo que le va pasando en la vida. Tanto fue el éxito del blog que la editorial Gens le propuso a Muñoz de la Torre llevarlo al formato del libro, cuyo resultado es “Ella y La orgía perpetua”, novela de atmósferas y detalles que nos permite descubrir a una narradora de férreo talento.
GRO
Dentro de la literatura, no sorprende que muchos escritores administren un blog. Sin embargo, aún existe un gran prejuicio con el alcance que tiene.
Dudar a fecha de hoy del peso de los blogs, Internet y las nuevas tecnologías es algo parecido a cuestionarse las ventajas de los trenes de alta velocidad frente a las máquinas de vapor. Mantener una bitácora literaria supone un trabajo considerable que no suele estar remunerado, y comprendo que no todo el mundo esté dispuesto a realizar semejante esfuerzo. No obstante, existen escritores de renombre que mantienen blogs pertenecientes a grupos de opinión, periódicos digitales, etc. que sí cobran por dicho trabajo. Yo distinguiría entre esas bitácoras usadas como columnas periodísticas y los blogs literarios, utilizados por sus autores para volcar en los mismos toda su creatividad a cambio del reconocimiento de un grupo más o menos amplio de lectores.
Leyendo tu blog y viendo la edición del libro, queda clarísimo que lo que escribías en tu blog no es lo mismo en su edición de papel, no es como se dice un “copia” y “pega”. ¿Cuánto tiempo te demandó darle forma literaria a los posts que escogiste para la edición de tu novela “Ella y la orgía perpetua”?
Me llevó tiempo, la verdad, pero no sabría precisar una cifra exacta. Sé que fueron varios meses. Desde que mi editor me comunicó que quería trasladar al papel “La orgía perpetua” tuve muy claro que, por respeto a mí misma y a mis lectores, no podía realizar un corta y pega del blog. No le veía mucho sentido a editar en papel un calco de mi bitácora, y me hacía ilusión experimentar con el material existente. En cuanto a la novela, no contiene todos los posts del blog, pero como contrapartida sí incluye algunos que, por una razón u otra, no publiqué en su momento. Asimismo, incorpora partes escritas en exclusiva para la edición impresa. Algunos de esos textos los fui colgando en la Red conforme los escribía, a modo de regalo para quienes llevaban años siguiendo las andanzas de Ella. Otros jamás verán la luz en la blogosfera por respeto a las personas que deciden acercarse a una librería a comprar el libro y que, en mi opinión, se merecen ese detalle.
Tu libro tiene la estructura de una novela no - convencional sustentada en la anécdota, como el corpus de un story board en el que Ella, la protagonista, enhebra el conjunto.
No soy una persona convencional en ningún sentido, y supongo que eso también determina mi obra. Con la estructura que he dado al libro mi intención ha sido colocar a los lectores como frente a un cuadro en el que las pinceladas, el trazo, importan más que la escena en sí misma. Me aburren las novelas lineales, acomodaticias, en las que el autor no se ha molestado en estudiar nuevas posibilidades narrativas.
Puedo notar influencias literarias en tu libro, pero la manera cómo está armado me lleva a pensar en una posible influencia del cine. Al cine tipo Jim Jarmusch, “Café y cigarrillos” por ejemplo, donde interesa más el concepto y la atmósfera que el argumento.
Acabas de realizar un inteligente análisis de mi obra que me halaga y me abruma por esa comparación con el maestro Jarmusch. En efecto, a la hora de dar forma a “Ella y La orgía perpetua”, he realizado algo parecido al montaje de una película en el que el orden de las secuencias es un factor clave. Tengo una concepción muy visual de la literatura, quizá porque disfruto lo mismo abriendo un libro que adentrándome en una sala.
“Ella y La orgía perpetua” no es para nada pornográfico, pero sí muy erótico.
En “Ella y La orgía perpetua” no existe sexo explícito, pero en cambio sí hay mucha sugerencia, mucho juego, mucha insinuación. Digamos que me ha interesado vestir a Ella con unas transparencias en lugar de mostrar su desnudez más descarnada. Y sí, supongo que tanto en el blog como en el libro existe cierta carga de erotismo, lo cual no los convierte en obras eróticas, porque su última intención no es la de calentar al personal.
La sensualidad de Ella está en el detalle, en lo no - dicho.
Ella es una mujer sensual sin proponérselo, de ahí que una mirada, una sonrisa, el más mínimo gesto suyo adquieran connotaciones sexuales frente a sus interlocutores. Aún así, creo que lo que de verdad llama la atención de los hombres que la desean es su ingenuidad, su dulzura, su ternura, incluso su humanidad, mezcladas con su parte más carnal y un carácter bastante marcado. La mirada de Ella contiene una hoguera más grande que la que pueda arder en cualquiera de las curvas de su anatomía. El sexo forma parte de nosotros, está presente en nuestras vidas, es algo cotidiano, y Ella ejerce el suyo con absoluta naturalidad. Le encanta y lo disfruta con los cinco sentidos, como una forma de expresión y goce.
También las alusiones al sexo se presentan en la misma concepción de tu blog.
Yo abrí un blog llena de inocencia y desconocimiento. Lo llamé “La orgía perpetua” en honor a Flaubert y a esa cita fabulosa suya que asegura que la única manera de soportar la existencia es aturdirse en la literatura como en una orgía perpetua. Luego, con el paso del tiempo, me di cuenta de que tenía dinamita literaria entre las manos, que el tema de la orgía podía dar mucho juego, y Ella estuvo a la altura de las circunstancias desde un principio. De pronto me encontré ante un personaje poderoso que, sin pretenderlo, despierta pasiones allá adonde se dirige, una verdadera encantadora de serpientes.
Claro, al punto que a tus posts los llamas Lametazos y a los comments Gemidos.
Denominar los posts Lametazos y los comentarios Gemidos forma parte del juego. De igual modo, las categorías que recogen los posts reciben el nombre de Perversiones y los visitantes son Viciosos. Se trata de crear cierta complicidad con los lectores, de hacerlos partícipes de ese universo orgiástico. Estoy convencida de que la escritura, la literatura, han de tener un componente lúdico. Me niego a concebir la creación como una experiencia traumática. Yo no quiero vivir castigada. Si sufriera muchísimo escribiendo me dedicaría a plantar orquídeas, a tocar el clavicordio o a cualquier otra actividad que me llenase por completo y me hiciera mínimamente feliz.
Como sabes, un libro puede someterse a diversas lecturas, he allí su riqueza. Seguramente no faltarán quienes vean tu libro bajo una óptica trasnochada del feminismo.
Pues quienes quieran verlo así se estarán equivocando de todas todas, aunque están en todo su derecho de realizar la lectura que les plazca. Ella jamás consideraría al sexo contrario su enemigo natural, como hacen algunas feministas radicales. Se queja de los hombres como podría lamentarse de un inoportuno día de lluvia, casi siempre con sentido del humor, y en ocasiones con el poso de amargura que le deja la sospecha de que jamás encontrará el amor definitivo, pero en el fondo (y en la forma) siente devoción por ellos. De todas maneras, creo que las mujeres de hoy le debemos muchísimo a las feministas de ayer, a todas las mujeres que a base de dolor y esfuerzo consiguieron que las de nuestro género dejáramos de ser consideradas ciudadanos de segunda.
Yo lo noto como un canto a la libertad, en todos los aspectos.
Me alegra que lo veas así, porque para mí “Ella y La orgía perpetua” es ante todo un canto a la libertad en estado puro trasladada a todos los terrenos. Sin libertad para expresar lo que siente, sin libertad para amar cómo, cuándo y a quien quiere, sin libertad para hablarle con sinceridad a sus amigos, Ella se marchita. El ejercicio de dicha libertad, ese sentimiento de saberse dueña absoluta de su existencia, es lo que la hace irradiar vida por los cuatro costados. Sucede que Ella es libre, y el hecho de que una mujer se exprese y viva libremente sigue levantando ampollas en cierto sector de la sociedad.
Seguramente muchos no dejarían de asociar a tu personaje Ella contigo.
Pues sí, es algo que sucede todo el tiempo y a lo que no me ha quedado más remedio que acostumbrarme. Si soy sincera, te diré que incluso me parece algo lógico. Al principio me molestaba, pero ahora hasta me hace gracia, tanta que ya no me esfuerzo en sacar a nadie de su posible error. Por otra parte, cualquier mujer con dos dedos de frente sólo podría sentirse halagada si la relacionasen con Ella.
Muchos que se animan a administrar un blog parten del mero acto de diversión, pero en tu caso como que siempre hubo una intención literaria de administrarlo.
Totalmente. En mi caso crear un blog fue un acto de plena consciencia con el que intentaba abrir una ventana al mundo desde la cual exponer mis creaciones, contactar con los lectores y, por supuesto, captar la atención de algún editor al que pudiera interesarle mi obra, algo que acabó ocurriendo.
No son pocos los que están convencidos del alcance de los blogs, pero también hay de los otros que acrisolan las bajezas de los anónimos, en ese sentido, ¿eres partidaria de que deben existir, al menos, ciertas medidas legales contra las infamias que se destilan en ciertos blogs?
Deberían existir medidas legales contra cualquier tipo de agresión y con independencia del ámbito en el que ésta se produzca, y la Red es un espacio en el que, cada vez más, proliferan los acosadores. Resulta tan fácil levantar calumnias contra una persona desde el anonimato... La mayoría de las ocasiones se trata de casos de envidia manifiesta, provenientes de gentuza mediocre.
Y para finalizar. ¿Estás avanzando otro libro?
Avanzando en estricto sentido no, pero estoy en ello. Nada más publicar “Ella y La orgía perpetua” todo el mundo me preguntaba para cuándo el siguiente libro, y eso me agobiaba muchísimo. Ahora, pasado el lógico período de depresión posparto creativo, vuelvo a estar entusiasmada con un nuevo proyecto, de momento el pequeño germen de algo, ya que el trabajo y el blog me dejan menos tiempo del requerido para abordar una obra en las condiciones idóneas.
Entrevista publicada en Siglo XXI

Entrevista: Carlos Carrillo

lunes, noviembre 12, 2007

Releyendo - "La ópera de los fantasmas"

24 de mayo de 1964 quizá sea una de las fechas más trágicas que tenga nuestra historia contemporánea. Aquel día, domingo, la selección peruana juvenil de fútbol se enfrentaba con su similar de Argentina por un pase para las olimpiadas de Tokio 64. Por los peruanos figuraban Chumpitaz, La Rosa, Casaretto y Sánchez entre los más conocidos. El estadio lleno, los restoranes repletos, los bares sacando buenas ganancias por las cervezas y todas las estaciones de radio dando cuenta de lo que sería una verdadera fiesta nacional. Recordemos que Perú, en fútbol, aún no clasificaba a nada por mérito propio. Por ello, no había mucho trecho entre la tensión y la euforia.

Todos sabemos lo que ocurrió: el árbitro uruguayo anula el gol de empate del equipo peruano, la afición protesta, y de las tribunas salta a la cancha Víctor Melasio Vásquez Campos, conocido como Bomba, quien agrede al árbitro, ante lo cual los policías no demoran en agarrarlo a culatazos. Los presentes en el estadio se solidarizan con Bomba y el policía encargado de la seguridad del espectáculo deportivo ordena que se tiren gases lacrimógenos a las tribunas. El resultado: más de 300 personas muertas, asfixiadas y aplastadas porque en el escape éstas se toparon con que las puertas de salida estaban cerradas.

En “La ópera de los fantasmas” (Mosca Azul, 1980), Jorge Salazar (Lima, 1942) pone como telón de fondo aquel fatídico día como la referencia inmediata de los vaivenes de sus personajes: un estudiante, con ideas de izquierda, que sueña cambiar al mundo desde una mesita del café Versalles, ubicado en los perímetros de La Plaza San Martín; un brujo que vaticina que la selección peruana clasificará a las olimpiadas de Tokio; un ministro del interior arropado de cobardía y zalamería; un juez de apellido griego (Giannakoulas) asqueado de que las autoridades hagan hasta lo inimaginable por ocultar la verdadera razón que llevó a las fuerzas policiales a reaccionar brutalmente contra los aficionados; un preso que en un arranque de ajuste de cuentas con su conciencia decide no quedarse callado; etc.

Perdurable y pequeña gran novela de 132 páginas. Los avatares de los protagonistas se condimenta con la pesada atmósfera del contexto social y político de los años 60: el temor a que las fuerzas políticas e ideológicas de Castro entren a desestabilizar el orden del supuesto sistema democrático, en el que nadie es libre nada y los primeros sospechosos son aquellos que cometen el “gran pecado” de pensar y cuestionar.

Como se podrá colegir, esta novela supura un abierto espíritu crítico, pero este es canalizado a través de un notable despliegue técnico, sin el cual, las historias representadas no tendrían fuerza, carecerían del sabor placentero de la sutileza, característica con la que es posible notar a genuinos escritores como Salazar.

“La ópera de los fantasmas” ganó el concurso Casa de Las Américas de Cuba en 1980. La edición de Mosca Azul viene con un Dossier fotográfico que da cuenta de la bestialidad cometida por la policía y el drama de los familiares tratando de reconocer, en los cadáveres apilados en la explanada norte del Estadio Nacional, a sus seres queridos.

Jorge Salazar es considerado como la máxima autoridad en crónicas de muerte y misterio. Es autor de la crónica novelada “Piensan que estamos Muertos” (sobre Javier Heraud y el crimen de Puerto Maldonado, con colaboración de Alaín Elías, la cual estoy leyendo hoy), “Poggi: la verdad del caso”, “La medianoche del japonés”, entre otras.

Antes de irme, pues me es imposible no destacar el que quizá sea el mejor prólogo que he leído en mi vida, y eso que no confío en los prólogos para una obra de ficción, porque considero que los cuentos y novelas tienen que defenderse sin el aval de nadie.

En el prólogo titulado Advertencia, el mismo Jorge Salazar nos prepara para la lectura de su novela. Como es para mí un placer poder leer entre líneas, puedo especular de que Salazar se tuvo que documentar en hemerotecas para esta novela, y que producto de ese vicio placentero que es hurgar en el tiempo, se haya quedado, digámoslo de una forma, tocado e indignado por toda la mugre que destilaba tanto de la maquinaria opresora del gobierno de turno como de aquellos que soñaban con cambiar al mundo.

Les dejo con el último párrafo de Advertencia:

“Dicho esto, doy por sentado que he cumplido con mi conciencia y con mi psicoanalista: la narración que vas a descifrar, amable lector, es un invento mío; por lo tanto, cualquier coincidencia con alguna luminosa historia antigua es pura casualidad, producto de mi locura. Del infierno que llevo dentro de mí.”

domingo, noviembre 04, 2007

LA CAVERNA

Judy Collins & Leonard Cohen

That´s No Way To Say Goodbye

Fiona Apple

Sally´s Song