viernes, febrero 29, 2008

Entrevista: Jeremías Gamboa

Pere Gimferrer


LIGHT IN AUGUST


Al cabalgar en mí, navegaba la proa

melliza de tus pechos por la luz de alabastro;

mis palmas recogían la dulzura de astro

de tu proa melliza en el mar de Samoa.


Perdida mar, perdida luz que el desnudo incoa:

al cabalgar en mí, martilleas el rastro

de los días a solas en que sin ti me castro,

y con tu cabalgada me has heñido la boa


esta boa que es toda de tus labios, que es tuya,

de tu boca y tu sexo, esta boa cegada

por tu lengua, tus dientes, tu vagina dorada,

esta boa que nunca dejarás que te huya,


esta boa que sólo es por ti cabalgada,

toda tuya esta boa de mi falo: en la nada

si no vive en tu boca o en tu vulva ensanchada:

si no vive en tus labios, que el amor la destruya.


27-VIII-2004

(De: "Amor en vilo". Seix Barral. Los tres mundos, Poesía. 2006.)

martes, febrero 26, 2008

Un partidazo de México 86

No recuerdo el mes, ni el día, del partido disputado entre franceses y brasileños en el marco de Los Cuartos de Final del Mundial de México 86. Pero lo que sí tengo presente es que se trata del primer partido de mundial que observé, de principio a fin, con detenimiento

Tenía 8 años y seguía con mucha intermitencia el desarrollo del certamen, que es, para casi todos, uno de los mejores jugados (infinitamente superior a los de Italia 90 y USA 94). Imposible olvidar las goleadas de Dinamarca, capitaneada por un gran jugador subvalorado como Brian Laudrup, a Uruguay y España. Imposible olvidar la constancia de Maradona Soccer Club, equipo que, como es sabido, ganó el mundial. Imposible no tener en cuenta el encuentro entre mexicanos y alemanes por Cuartos de Final, los anfitriones terminaron llorando por la eliminación. Imposible pasar por alto el empate entre paraguayos y los dueños de casa por la primera fase de grupos, el penal atajado, en el último minuto, de Roberto “El Gato” Fernández al no menos impetuoso (y panudazo) Hugo Sánchez fue un solapado presagio de que este no alzaría la copa.

Pero ninguno de estos encuentros tiene la fuerza, dolor, alegría y tristeza como el disputado entre cariocas y galos. No hubo término medio para las emociones. Ambas escuadras tenían jugadorazos. A veces me pregunto qué hubiera ocurrido si los auriverdes ganaban ese partido. Si eso hubiera acaecido, pues pasaban por alto a los alemanes en la Semifinal y de hecho le ganaban a Maradona Soccer Club. Ese equipo brasileño, después del de México 70, es el más completo que he podido ver. Zico, Sócrates, Julio César, Jozimar, Careca, Alemao, Branco (el mejor lateral izquierdo de la historia), etc., etc. De todos ellos, solo Branco llegó a ganar una copa mundial, en USA 94 (el peor de los mundiales).

Sin embargo, en ese encuentro, los franceses tuvieron un par de factores a favor: 1) no eran los favoritos y 2) tenían arquero.

Los brasileños se adelantan en el marcador por medio de un golazo de Careca. Le cruza la pelota al golero Joel Bats luego de una endiablada triangulación. Revienta el estadio Azteca al compás de samba y sudor. Era el minuto 15. Empero, los capitaneados por Michel Platini no se quedan atrás, a punta de fuerza y ganas avanzan en supuestas triangulaciones en M, hasta que en uno de los intentos cruzan la pelota en el área chica brasileña, era una pelota fácil, pero los auriverdes no tienen arquero. Gol de Francia, gol del capitán, muy buena manera de celebrar su cumpleaños 31.

Para el segundo tiempo, el entrenador brasileño, el gran Telé Santana (muy recordado por su campaña con el Sao Paolo en los 90), era fastidiado por la fanaticada, que a punta de gritos le exigía que ponga a Zico, y así se asegure la victoria. Para ese mundial, el popular Pelé Blanco arrastraba una lesión en la rodilla, por lo tanto, su inclusión en un partido tan disputado era prácticamente una moneda al aire.

Un ataque de los favoritos. Con triangulación endiablada para variar. Branco recibe un pase de Zico, corre con toda velocidad. Joel Bats sale a cortar, le achica el ángulo, listo para tirarse y abrazar el balón, pero como Branco es vivazo, puntea la pelota antes de que el arquero la coja. Un paso adelante, contacto entre jugadores, y la inevitable finta de dolor. Penal. Indignación francesa. Alegría brasileña.

¿Quién es el encargado de ejecutar el penal?

Cantadazo. El ídolo de la fanaticada. Zico.

Zico coge la pelota. La ubica en el punto de penal. No mira al arquero. Sus ojos están clavados en un incierto punto de los ángulos del arco. ¿Derecha o izquierda? ¿Izquierda o derecha? Corre y dispara. Bats intuye, impide el gol. La fanaticada auriverde no lo puede creer. “Mejor hubiera pateado Branco”, “No, mejor Sócrates”. ¿Quién entiende a los hinchas?

Un partido arduo. Ambos equipos están cansados. La temperatura llega a los 40 grados. El segundo tiempo del suplementario es de mero trámite. Termina el encuentro.

Radiografía de los penales:

Por Francia: Stopira, Amoros, Belone, Platini y Fernández. Por Brasil: Sócrates, Alemao, Zico, Branco y Julio César.

Sócrates falla el primer penal. Al regresar a su país fue muy criticado por la manera tan displicente de ejecutar su disparo.

Los franceses Stopira y Amoros cumplen. Alemao hace lo propio, de lejos el de mayor calidad técnica de todos los ejecutantes.

Zico, pensando en que sería una locura regresar a Río de Janeiro si vuelve a fallar un penal, anota.

El disparo de Belone choca en el parante izquierdo. Toda la hinchada, toda Sudamérica y todo el banco auriverde grita, celebra… Pero la alegría dura un segundo, la pelota caprichosa rebota en la cabeza del arquero brasileño Carlos. El árbitro aprueba el gol. Los jugadores brasileños le reclaman, Sócrates se lo quiere comer.

Branco no se hace problemas. Arquero a la izquierda, la caprichosa a la derecha.

Platini, sintiéndose más ídolo que nunca, pensando en la juerga que se meterá con sus compañeros por la victoria y su cumpleaños, besa a la caprichosa. “Te amo, gordita”. “Muaaaack”. Pero lo que no se imagina es que a miles de kilómetros del estadio Azteca, en una favela de Florianopolis, están reunidos los patriarcas de la curandería invocando la fuerza de Oxalá, bebiendo la sangre de gallos degollados.

El disparo se va a la tribuna. “¿Qué hago?”, se pregunta Platini. “Llévate las manos a la cabeza, pon cara de circunstancias”, le dice una vocecita. El jugador obedece.

“La suerte del campeón”, dice un hincha brasileño. Las mujeres de la torcida mueven más que nunca las caderas.

El defensa Julio César tiene fama de ser un buen penalero. Sus disparos son fuertes y esquinados. Pero se pasa de revoluciones, su tiro choca en el poste derecho. Bats intuye la dirección y celebra el no-gol como si fuera mérito suyo.

La torcida no lo puede creer. Las mujeres dejan de cimbrear las caderas. En Florianopolis, más de un curandero se ahoga con la sangre de los gallos.

Luis Fernández sabe que en sus pies está la clasificación a la Semifinal. Camina despacio al punto de penal, acomoda bien y con delicadeza a la caprichosa. No la besa. Dispara. Pelota a la izquierda y Carlos a la derecha.

Alegría. Tristeza.

Un partidazo.

Aquí tienen un resumen, entre los muchos que hay en Youtube:




Imagen, el penal que Bats le ataja a Zico. Tomada de aquí.

sábado, febrero 23, 2008

The Who - "Won´t Get Fooled Again"


miércoles, febrero 13, 2008

QUIPU - Convocatoria



Quipu es un proyecto de difusión de la obra literaria de jóvenes escritores peruanos, de preferencia (pero no excluyentemente) provincianos y ajenos a los circuitos editoriales convencionales. Quipu invita a los escritores a participar en el proyecto enviando sus textos (poemas o cuentos) a la siguiente dirección electrónica: gfaveron@gmail.com

Cada dos semanas, se seleccionará un texto entre los recibidos en los últimos quince días, y el texto elegido será publicado simultáneamente en una red que cuenta hasta ahora con 22 blogs, un diario de circulación nacional y un programa de radio bilingüe en Alemania.

Los blogs son:

Kolumna Okupa, de Rocío Silva Santisteban

Moleskine Literario, de Iván Thays

Libros, de Javier Ágreda

Lado B, de Juan Carlos Bondy

Haltestelle Iberoamerika, de Ute Petsch, Maja Schweiger et al.

Literatambo, de José Carlos Contreras

Gran Combo Club, de Silvio Rendón, Daniel Salas et al.

El Lápiz y el Martillo, de Javier Garvich

Letra Capital, de Carlos Sotomayor

La Peña Lingüística, de Miguel Rodríguez Mondoñedo

José Antonio Galloso, de José Antonio Galloso

Notas Canarias, de Fernando Velásquez

Amores Bizarros, de Max Palacios

La Fortaleza de la Soledad, de Gabriel Ruiz Ortega

Tanque de Casma, de Ernesto Carlín

Letras Lesivas, de Luis Ángel Pardo

Borrones y Otros, de Vanessa Soldevilla

Club de Artes y Letras, de Laura García

Mundo de Teatro, de Carlos Vargas Salgado

Enfrentados, de Jorge Malpartida Tabuchi

Puente Aéreo, de Gustavo Faverón

Quipu, de Gustavo Faverón

El diario de circulación nacional es El Peruano, a través de su suplemento Variedades. El programa de radio es Haltestelle Iberoamerika (Paradero Iberoamérica), que se transmite en dos estados alemanes y para todo el mundo por internet en www.querfunk.de En el programa, el texto seleccionado sería leído en español y en traducción al alemán.

BASES

Podrán enviar sus textos (cuentos o poemas) a Quipu todos aquellos escritores peruanos que cumplan con al menos UNO de los siguientes requisitos (no necesariamente con los tres; basta con cumplir uno):


1. Ser menor de 30 años.

2. No haber publicado más de dos libros (se preferirá a los autores inéditos).

3. No haber publicado nunca en una editorial limeña.

Repetimos: basta con cumplir con UNA de las tres condiciones anteriores. La dirección de envío es: gfaveron@gmail.com

Las bases no especifican que el autor deba ser del interior del país. Sin embargo, una de las intenciones centrales de Quipu es la difusión de la literatura escrita en provincias. Por ello se anima especialmente a los jóvenes escritores no limeños a participar, pero no se discriminará a los de la capital.

La decisión de cuáles de los cuentos recibidos serán publicados en Quipu será tomada por un grupo de evaluadores, de preferencia elegidos entre los administradores de los blogs participantes.

martes, febrero 12, 2008

Toni Schumacher & "El caso Battiston"


En el interesante libro de memorias “Tarjeta Roja”, del legendario arquero alemán Toni Schumacher (finalista en los mundiales España 82 y México 86, ambos los perdió ante Italia y Argentina, respectivamente), hay un capítulo titulado “El caso Battiston”.

En este capítulo Schumacher cuenta lo que para él significó la falta cometida contra el defensa francés Patrick Battiston en el marco de las semifinales del mundial España 82.

Vale recordar, para los que no lo saben, que según los dinosaurios del periodismo deportivo, este encuentro entre franceses y alemanes es, de lejos, el mejor en la historia de los mundiales. Claro, hay quienes dicen que el mejor es el que disputaron Brasil y Perú en México 70, pero como es obvio, ese partido tuvo ante todo un derroche de buen fútbol, ergo, buenos pases, buenos goles y bastante alegría (para la hinchada carioca, evidentemente). Pero lo que hace especial este encuentro de semifinales es que tiene los factores idóneos para no desprenderse de la memoria de nadie (en especial, para los que lo vieron): tensión hasta el final, sentimientos encontrados, llanto, felicidad y polémica.

El equipo francés, junto al conjunto brasilero, era el que ofrecía el mejor fútbol en ese mundial. Las apuestas daban como evidentes finalistas a esas selecciones. Sin embargo, estas escuadras perdieron su derecho de alzar la copa ante selecciones (Italia y Alemania) que tuvieron desempeños más que irregulares, pero que a la hora de la hora hicieron pesar su historia y tradición.


Este histórico encuentro, disputado en Sevilla, terminó 3 a 3. En los 90 minutos quedaron 1 – 1. En los suplementarios los franceses anotan dos goles más, pero los alemanes empatan. Ya en los penales, Alemania clasifica a la final, con gran actuación de Schumacher al detener dos tiros desde los doce pasos.

Todo bien, todo paja en el vestuario alemán, pero entre los abrazos de júbilo y gritos de victoria, el arquero alemán recibía frases polarizadas: unas le endilgaban lo grandioso que había sido, y otras la bajeza deportiva que había cometido con un colega de profesión.


A los 25 minutos del segundo tiempo, Michel Platini lanza un pase al vacío que deja en jaque a la defensa alemana, Battiston corre para enfrentar en mano a mano a Schumacher, y el arquero alemán no tuvo “mejor” idea que aprovechar el impulso de su carrera para noquear, en el aire, y con la nalga, al francés.

“El balón pasó de largo por la portería. Eché una mirada al linier. Los porteros lo hacen siempre cuando en el transcurso de una jugada se ha cometido una falta o acción antirreglamentaria. ¿Tenía algo que decir? No movió su bandera. No hubo ninguna reacción por su parte. Nada. Todo estaba en orden. Me levanté y me di vuelta. Patrick (Battiston) yacía en el suelo. Pasé por su lado y me dirigí a la portería.”


Las voces del ayer me cuentan que el equipo Alemán quedó destrozado para la final. Era todo un hospital. Y he allí la razón de peso que llevó a los italianos a alzar su tercera copa mundial. Sin embargo, las voces del ayer tampoco dudan en desaprobar a Schumacher. Ni la madre del “agresor” se quedó corta:

“La reacción de mi madre me alarmó. “Ha parecido grave. La falta ha dado muy mala impresión, hijo”, me dijo por teléfono.”

Me puse a youtubear un toque para buscar la agresión. Encontré varios videos, pero me quedo con el siguiente:




“Aún hoy no puedo sentir como tal la falta que le hice a Patrick Battiston en Sevilla. Sin embargo, reconozco que incluso hoy tengo miedo a enfrentarme a las imágenes de ese encontronazo. Quizá entonces empezaría a sentirme culpable”.

Para mí queda clarísimo: fue una falta intencionada. El arquero tuvo el suficiente tiempo para frenar. Entre el toque de balón del defensa y el salto del arquero hay más de tres metros.

Sin embargo, la explicación de Schumacher es la siguiente:

“Hay tipos para los que el razonamiento sustituye al corazón. Para mí es exactamente lo contrario. Siempre he preferido equivocarme cien veces con el corazón, que acertar mil veces con la cabeza. Estoy convencido de que todo lo que es grande en la vida, y en el fútbol, nace de la pasión y no de frías reflexiones”.

La falta cometida contra el francés, que producto del choque perdió dos dientes, también generó artículos y crónicas, que no sólo se suscribían al fútbol, que diseccionaban la personalidad de los alemanes en momentos de exaltación.

“Me había convertido en un asunto político sin tener la menor capacidad para ello. ¿Qué sabía yo de la historia alemana; de nuestra “imagen” en el extranjero? Nada. Yo era el hombre más apolítico que había en toda la región del Rin. Pero ahora era el símbolo de una victoria deshonrosa conseguida contra Francia, un país en el que podían aparecer de nuevo todo tipo de resentimientos antialemanes”.

Más allá de los comentarios extrafutbolísticos que se dieron, es menester recalcar que este ex gran arquero se tomó tiempo para autocriticarse. Al punto que Battiston y él ahora son muy buenos amigos.

Imagen, Toni Schumacher

domingo, febrero 10, 2008

Un gol del Churre

Segundos después de subir el video del post anterior, me acordé de un gol que está presente en el imaginario de los hinchas blanquiazules, para bien, y de los hinchas cremas, para mal.

Este gol se dio en el clásico jugado el sábado 25 de abril de 1995. Fue una goleada de 6 a 3 de Alianza Lima sobre el equipazo crema, capitaneado en ese entonces por un exaltado Roberto Martínez, ya que estaba de novio con Gisella Valcárcel, y el Comando Sur no dejaba de joderlo con ese asuntito. Es por eso que ni bien Martínez anotó el primer gol del encuentro lo celebró con rabia ante el Comando.

Como sabrán, Hinostroza jamás fue un jugador que descolló. En lo personal me llegaban harto sus fintas cuando se le cometían faltas. Se revolcaba y revolcaba fingiendo un dolor inimaginable. Pero seamos justos, con ese cuarto tanto de la goleada el Churre ya tiene qué contarle a sus nietos, y en especial los hinchas aliancistas tenemos más de un buen motivo para celebrar, como un buen pretexto para…

El Churre recibe un pase por la banda izquierda, un atolondrado Alesandro Morán hace el amague de apretarlo sin hacer nada, el Churre avanza a velocidad, con Morán a su costado, ni siquiera al crema se le ocurre hacer una carretilla. Cuando el Churre ingresa al área, con el fervor de cerca del Comando, las posibilidades de detenerlo son nulas. El arquero estudiantil, un paraguayo de evidente sobrepeso llamado Celso Guerrero, le achica el ángulo derecho de su poste, como manda la ley. De hecho que el paraguayo pensó que el aliancista sacaría un centro, pero no, el Churre clava su disparo por ese microespacio que el arquero debió cubrir sí o sí. Sencillamente un golazo. Aquí está:

Un golazo del recuerdo

Algún día contaré la historia de cómo es que me pasé de ser hincha de Universitario de Deportes a ser hincha acérrimo de Alianza Lima. (Ojo: este “transfuguismo pelotero” se dio en los 90, cuando la U no dejaba de campeonar y la hinchada aliancista ya estaba viviendo la paranoia de los 15 (de 18) años sin dar la vuelta olímpica.)

Pero bueno, a lo que trata el post.

En los días pasados estuve en un placentero y soleado “auto-exilio”. Por eso no he posteado con regularidad. Necesitaba un descanso y bien que lo disfruté. Pues bien, conocí a un hombre de la tercera edad, llamado Alberto, que pasaba la fase 7, pero que no paraba de jurarme que estaba en la fase 5. “La vida, hijo, la vida”, era su barajo.

Tomándome unas chelitas con este anciano, y conversando, para variar, del buen fútbol de antaño, me dijo y me preguntó lo siguiente:

- Tú has crecido con los Sáenz, los Muchotrigo, los Martínez, los Carranza, los Chemo, los Julinho… Pura mierda. No has visto fútbol.

Me quedé callado. Aquella sabiduría senil con el amparo de una chela helada en la mano y el olor del mar me impidieron ensayar una refutación.

- Yo soy hincha del Sporting Cristal. Pero no por la cerveza, sino por esos señores que son los Bentín.
- Ok.
- Jamás olvidaré ese gol de César Cueto ante mi equipo. Lo dejó viendo pajaritos al loco Quiroga.
- ¿Se refiere al gol desde el mediocampo?
- Así es.
- He visto ese gol en algunos programas de deporte. La imagen se ve muy borrosa.

Claro, se comenta mucho ese gol de César Cueto. Fue en 1977, en el estadio José Díaz.

- No importa. Todos en el estadio lo gritamos. Se le vaciló bien feo a Quiroga después…
- Seguramente.
- Tienes que imaginártelo: cancha verde, día soleado, fiesta en las gradas. No existían las barras bravas. En esos años podías ir con toda la familia… y con la trampa de yapa.

Me lo imaginaré. También imagínatelo tú. Aquí va:




Golazo, ¿no?

Sin embargo, quiero que quede claro que no tengo ningún sentimiento anti-crema, ni anti-celeste. Sencillamente, me encantan los golazos. Se te quedan en la memoria tan igual que los versos de Cernuda, Cummings y Panero.

Como muestra de mi relativa objetividad, estoy a la caza de un gol crema en un clásico de 1983. Según el viejo Alberto, se trata del mejor gol en toda la historia de los clásicos. Tres toques de balón, en el aire, en primera, con Germán Leguía como segundo protagonista, que terminó con un disparo fuera del área que dejó colgado al gran González Ganoza. ¿De quién fue el gol? Ni el viejo Alberto se acordaba. La edad, pues.

Palabra de blogger: si encuentro ese gol crema, lo subo.

sábado, febrero 09, 2008

Entrevista: Edmundo Paz Soldán

domingo, febrero 03, 2008

Enrique Vila-Matas


Desde aquel día, Van Morrison es mi cantante favorito. Fue un día supongo importante para mí, pues descubrí que debía perder ciertos complejos y no considerar la música de rock ajena a lo que yo podía escribir. Fue también el día en que me di cuenta de que no debía dejarme intimidar por algunos escritores españoles de mi generación que decían estar sólo interesados en la música clásica y que, por ejemplo, se habían compadecido de mí el día en que se me ocurrió citarles a los Rolling Stones. Fue el día en que me di cuenta de que no sólo debía dejarme influir por la mirada compasiva de aquellos pedantes de mi país tan atrasado, escritores altivos y anclados en una literatura cartón piedra. Fue el día en que descubrí que a la hora de escribir no debía descartar nada pues, como decía Walter Benjamin, el cronista que narra acontecimientos sin distinguir entre pequeños y grandes se guía, al hacerlo, por esta verdad: de todo lo ocurrido nada debe ser considerado perdido para la historia. Fue el día en que descubrí que había en el extranjero escritores y cineastas de una generación anterior a la mía -como Wenders y Handke- que dialogaban sin complejos sobre el rock and roll, sobre la felicidad extraña que puede dar de golpe una canción de Van Morrison. Seguí viviendo en la desesperación, pero con momentos de felicidad extraña que de vez en cuando me llegaba -me sigue llegando- del rock and roll.

(De: "París no se acaba nunca". Anagrama, Narrativas hispánicas. Quinta edición, abril 2004)

viernes, febrero 01, 2008

Recomendado: "Adiós, Hemingway" - Leonardo Padura

El gran motor de la escritura de “París no se acaba nunca”, la buena novela de Enrique Vila-Matas, fue que el barcelonés quiso emular los años de juventud vividos por Ernest Hemingway en París. Como saben bien los que han leído la novela: la estancia de VM en París fue clave para la escritura de esa pequeña joya que es “La asesina ilustrada”, la cual tuvo como punto de partida los consejos en cuartilla que le hizo llegar la siempre “especial” Margarite Duras.

Pues bien, desde hace años que no leía una novela que tuviera al autor de “Por quién doblan las campanas” y “Fiesta” como tópico. A diferencia de la novela de VM, en “Adiós, Hemingway”, del cubano Leonardo Padura, se aborda la persona del narrador norteamericano no de refilón ni como una presencia en ausencia, sino tal cual: borracho, mujeriego, talentoso, aventurero, cínico, amoral, mentiroso, envidioso, mala leche, leal, etc.

“Adiós, Hemingway” recrea los últimos años del legendario fabulador en La Habana, a tres años de su suicidio acaecido en 1961. Una novela policial que recoge mucho de la novela-enigma condimentada con un poquito de hard boiled. En ella se nos cuentan hechos que vendrían a ser toda una delicia, dignas de lo mejor del backstage chismográfico que persigue a los grandes escritores: del cómo, por ejemplo, asado el Papa (así se le llama a Hemingway en la novela) en una pelea de gallos, este se da cuenta de que el gallo contrincante masacraba a su gallo haciendo trampa ya que tenía las plumas embadurnadas de grasa, entonces el Papa detiene la pelea, coge al gallo tramposo y le arranca la cabeza en un solo movimiento. O del encuentro, otro ejemplo, con Ava Gardner en la piscina de su casa en Finca Vigía, el cual es relatado por un obrero suyo, escondido entre los matorrales, quien de paso queda obnubilado por los pechos de la que en ese entonces era la mujer más bella del mundo.

Más allá de estos detalles, el argumento de la novela de Padura es el siguiente: 40 años después de la muerte de Hemingway, en plena calurosa Habana, Mario Conde, teniente de la policía retirado que se gana la vida vendiendo libros de segunda mano, es buscado por un ex subalterno que lo encuentra en un bar, este le dice que en en el jardín de la casa de Hemingway han encontrado los restos de un hombre, que según la autopsia falleció un día antes que el escritor dejara la isla. Al lado del cadáver se encontró una placa del FBI, y antes de dar a conocer la noticia a los medios, Conde tiene que descifrar si fue Hemingway el asesino.

¿Por qué el ex subalterno de Conde le dice esto? Uno: Conde renunció a la policía para dedicarse a escribir, cosa no hace. Dos: Conde está solo, depre, porque su mujer se ha ido y no tiene con quien saciar la calentura de la noche tropical. Y tres (lo más importante): Conde es un fanático acérrimo de toda la narrativa de Hemingway, a quien de paso, cuando niño, lo saludó fugazmente.

Puedo decir muchísimas cosas más, pero no lo haré. Sólo me queda recomendarla. Y en lo personal esta lectura de verano (como para la playa o piscina, con una helada cerveza en mano) me lleva a buscar otras cosas más de Padura porque su protagonista, Mario Conde, es el Hombre de la serie de novelas policíacas “Las cuatro estaciones”. Ojalá la búsqueda valga la pena.
Imagen, portada de la novela.