viernes, enero 30, 2009

En Lima ... Peter Gabriel

Todo indica que Peter Gabriel estará el viernes 20 de marzo en Lima. Ofrecerá un concierto en la explanada del estadio Monumental.

Bajo todo punto de vista es una grata noticia para aquellos que seguimos disfrutando la música de este prolífico gran artista integral. Y en especial para los que con cierta tardanza nos hemos acercado a su etapa como frontman de Genesis, la mejor de la banda inglesa.

PG no incluirá en su lista de temas los de cuando hacía de las suyas con Tony Banks (teclados), Phil Collins (batería), Anthony Phillips (guitarra) y Mike Rutherford (guitarra y bajo).

(A pesar de los años más de treinta años de distanciamiento con la ahora banda liderada por Phil Collins, esta no se da el lujo de pasar por alto en sus conciertos los temas que compuso PG, en claro ejemplo de que las diferencias personales, o sentimientos menores, no sirven de nada cuando de buena música se trata.)

A continuación subo el video de “I know What I like (In Your Wardrobe)”, una de las mejores canciones de Genesis, del insuperable lp SELLING ENGLAND BY THE POUND (1973). Fue escrita, obviamente, por PG. Y aquí otra versión de la misma canción por cuenta del Genesis de Phil Collins, cosa que notan las evidentes diferencias a favor de...



Si las cosas van por buen camino, es casi un hecho que PG dará el mejor concierto del que se tenga conocimiento por estos lares.

Les dejo con el “Secret World”, del álbum US (1992), el cual junto al PETER GABRIEL I (1977) son los imprescindibles para darnos cuenta de la talla musical de quien nos visitará.



Imagen, Peter Gabriel

miércoles, enero 28, 2009

Entrevista: Ulises Gutiérrez

“Creo que uno escribe acerca de las cosas que le han pasado, pero, sobre todo, de las cosas que ojalá le hubieran pasado”

Ulises Gutiérrez (Huancavelica, 1969) es autor de The Cure en Huancayo (Revuelta Editores, 2008), libro de cuentos que nos muestra una galería de personajes solitarios que no dejan de vivir: aman por sobre todas las cosas. En la narrativa de Gutiérrez sí es patente encontrar una voz afianzada en la sensibilidad, canalizada en una fuerza que se alimenta de los recuerdos que nos transportan a escenarios andinos y cosmopolitas, en permanente deslumbramiento que yace en la reconciliación. Sobre este interesante libro, conversé con el autor.

GRO

Lo primero que se nota del libro es la reconciliación entre los referentes andinos y cosmopolitas. En la tradición peruana pocas veces notamos esto, ya que casi siempre suele representarse a través del encuentro traumático.

Yo he tenido la suerte de vivir un mestizaje feliz. Nací y viví mi niñez en Colcabamba, un pueblo de la provincia de Tayacaja en la región Huancavelica; la adolescencia en Huancayo y la adultez en Lima: mi vida ha sido, topográfica y socialmente, un lento proceso de aclimatación. Dentro de ese mestizaje, las historias de las que fui testigo, la tradición oral que recibí, las cosas que me ocurrieron, están marcadas por recuerdos abrigados, ingentes, felices. Por supuesto que también hubieron experiencias horrorosas, aterradoras; la vida a la que me refiero transcurrió en los ochentas y noventas, años tremendamente violentos en nuestro país; pero prefiero quedarme con los buenos recuerdos, prefiero decir que mi vida, hasta ahora, ha sido un viaje sosegado, de ida y vuelta, entre la sierra y la costa, entre el campo y la ciudad, entre el quechua y el español, entre el huayno y el rock.

Por eso es imperante el punto de vista subjetivo.

Es que después de crecer en Colcabamba, oyendo historias tan alucinantes, como aquella que contaba mi abuelo acerca de cómo él, en las frías y solitarias punas de Wando, logró resistir la ola de tentaciones materiales que le propuso el mismísimo diablo a cambio de su alma; y todo gracias a su caballo Elefante que era el único animal marrón con pelos blancos en la frente, en forma de cruz, lo suficientemente visibles en la noche como para espantar cualquier demonio; creo que hasta al diablo no le quedó otro camino que convencerse que todo en esta vida es subjetivo.

En la solapa de la novela leemos que eres ingeniero de profesión. Siempre he pensado que los escritores que tienen una profesión ajena a la literaria, en tu caso una que se alimenta de los números, tienen una ventaja en cuanto al manejo de la estructura.

Hay una gran semejanza en resolver ecuaciones matemáticas y narrar historias. En las lecciones de narrativa, descubrí que la lógica que existe en la solución de problemas como aquellos que nos daban los profesores de matemáticas en el colegio o la academia: «reemplazando la ecuación 1 en la ecuación 2; o, despejando X de la ecuación 3, obtenemos que X=1/2», etc, es la misma que se utiliza para ir hilvanando el dato oculto, el diálogo, el punto de quiebre necesario para hacer que la historia que se está narrando, «si es real, parezca inventada, y si es inventada, parezca real». Supongo que entender los principios de la química, física, matemáticas; no sólo en la narrativa, sino en la vida misma, permite tener una visión más lógica y tolerante de lo que nos rodea; supongo que es como entender un idioma más.

Los cuentos están ambientados en distintas ciudades del mundo, en ellos tus protagonistas son presas del deslumbramiento, pero no por el lugar en el que están, sino a causa de los recuerdos. El cuento “La penumbra alumbra”, por ejemplo, se mueve en parte en Punta del Este.

Creo que cuando uno viaja y descubre cosas nuevas, inevitablemente, compara; y comparar te lleva a recordar; y si el recordar conjuga con el descubrir, entonces viene el deslumbramiento. En «La Penumbra Alumbra», por ejemplo, Malena viaja a Punta del Este con la idea de olvidar al hombre de su vida, al hombre que acaba de casarse con otra mujer; pero en ese lugar los recuerdos no sólo no la dejan, sino que se complican; y descubre que no importaba a dónde pudiera haber viajado, esos recuerdos la iban a perseguir igual. Sin embargo, el viaje le sirve para encontrar; en el hecho de ver, por primera vez en su vida, cómo el sol se pone en el mar y horas después, ese sol sale de ese mismo mar; la refundación personal que tanto buscaba y que, de haber permanecido en Lima, seguramente no lo hubiera encontrado. Además, como dice Philip Roth, «estar vivo es estar lleno de recuerdos».

Hace unas semanas te comenté que la experiencia de vida es la misma para todos, y esta se hace literaria de acuerdo a como se sepa administrar esa experiencia en un texto literario.

En los trece cuentos que conforman el libro hay mucho de mí, por supuesto, pero sobre todo de mis amigos, mi familia y mis paisanos; muchos de los personajes, eventos, situaciones, son el resultado de recuerdos que he modificado y sazonado con la barita mágica de la ficcion para ensalsar a mis amigos y burlarme de mis enemigos. Creo que uno escribe acerca de las cosas que le han pasado, pero, sobre todo, de las cosas que ojalá le hubieran pasado.

El cuento que da título al libro nos pone en primer plano a un protagonista solitario y sumamente enamorado, y por lo que se cuenta, este se desplaza en medio de un escenario condimentado por la guerra interna.

El hombre se acostumbra a todo, incluso a la violencia. Recuerdo, por ejemplo, que en 1990, voté en las primeras elecciones generales de mi vida. Me tocó hacerlo en un colegio en El Tambo, en las afueras de Huancayo. Yo estaba haciendo la cola para entrar al colegio, junto con otros cientos de personas, cuando de pronto una mujer se apareció delante de todos, con la cara cubierta y un petardo de dinamita en la mano. Lanzó arengas senderistas, amenazó de muerte a los que votaban y huyó del lugar después de hacer estallar el petardo en el aire. Todo en cuestión de segundos. La gente entró en pánico, por supuesto, y se dispersó, pero apenas la mujer se perdió y el polvo que dejó la explosión terminó de asentarse, uno a uno, persona tras persona, la cola volvió a formarse. “The Cure en Huancayo” es una historia de esas. Tres adolescentes que aman la música de The Cure, que se visten como The Cure, se van, en pleno paro armado decretado por Sendero, a una fiesta nocturna por amor a unas colegialas. En el camino de regreso a sus casas los atrapa una patrulla del Ejército y los leva. El narrador se cuestiona lo absurdo del riesgo que ha corrido junto con sus amigos por causa de una fiesta aburrida, clandestina y fallida; pero esa aventura le sirve para descubrir; en la imagen de un árbol de caucho, tullido, raquítico y trémulo, que crece en su calle, lejos de la selva, su habitad natural; que ellos son como aquel árbol, que están viviendo la vida que les ha tocado vivir, y que la vida es, finalmente, eso: un riesgo que debemos correr.

Lo mismo pasa en “Pintas en Civiles”. Un personaje, también solitario, que recuerda a una chica de la que estuvo muy enamorado cuando estudiaba en una universidad agitada por grupos terroristas.

Yo viví en la residencia universitaria de la UNI, entre el 88 y el 93, justo en la época más dura de la guerra interna. A los residentes —que vivíamos dentro de la universidad—, nos llamaban los «gusanos» y teníamos la fama de ser pésimos estudiantes, ociosos y terrucos; gente que en las mañanas engordaba en el comedor, en las tardes dormitaba en las clases y en las noches pintaba las paredes de la universidad con lemas de Sendero o el MRTA. Nada más alejado de la realidad. La residencia no era el paraiso, pero era el mejor resumen del Perú emergente. Estaba lleno de provincianos sin más vicio que estudiar y sobrevivir en una Lima cara, paranóica y violenta; personas que hoy son profesionales exitosos, pero que, en aquella época, eran, para algunas mujeres, poco menos que unos parias. Ser «gusano», misio y enamorado, era, pues, un drama riquísimo que contar. Por eso yo tenía que escribir una historia que redimiera a los «gusanos», que hiciera de su mala fama el arma de su triunfo en el amor, aunque ese triunfo resultara siendo vano, efímero y tardío. Fue así como salió «Pintas en Civiles».

Percibo la influencia de Haruki Murakami en tu libro. Influencia en el sentido de la repartición de la sensibilidad en tus personajes.

Es curioso, ahora que lo mencionas, recuerdo que cuando terminé de leer «Tokio Blues», me dije: este pendejo de Murakami me ha robado la novela que pensaba escribir acerca de la residencia de la UNI. A pesar de que la historia de Toru Watanabe es totalmente diferente a la de algún «gusano» que yo haya conocido, y que Tokio no se parece en nada a Lima, sentí que Murakami me había robado el relato sentimental de los personajes, la historia de las pérdidas que implica esforzarse, madurar, crecer en una gran ciudad. Me gusta el estilo de Murakami. Tiene un talento supremo para describir personajes aparentemente vanos, fútiles; y que de pronto, resultan teniendo una fortaleza de acero, a pesar de estar rodeado de personajes que ejercen una maldad que parece venir de otro mundo, hasta que termina demostrándonos que ese mal es completamente humano. Me gusta, además, la introducción de elementos fantásticos en sus historias, porque lo hace en un contexto realista, urbano y contemporáneo; no como meros decorados costumbristas, sino como elementos esenciales para la historia. Lo mismo sucede con la textura de su prosa; para mí el mejor escritor es el que escribe con contundencia, claridad y fluidez.

Saliéndonos del tema, ¿con qué narrador peruano contemporáneo te sientes identificado?

Iba a responder, en broma por supuesto, lo que Borges cuando le hicieron una pregunta similar: «yo sólo soy contemporáneo de los griegos». Vargas Llosa, Alonso Cueto, Ivan Thays, Edgardo Rivera Martinez, son mis mejores griegos peruanos.

Cuéntame de tu próximo proyecto literario.

Estoy trabajando en una novela. Aun no tiene título. Ocurre entre Colcabamba, Huancayo, Lima y Kioto. Es la historia de un migrante peruano que vive en el Japón y que un fin de semana se encuentra en Kioto con su mejor amigo de adolescencia. En los días que pasa conociendo esa ciudad, en medio de una serie de recuerdos y descubrimientos, termina encontrando la redención de los traumas provocados por la muerte de su hermano en Colcabamba y la extinción del resto de su familia en Huancayo.

Sobre The Cure en Huancayo, Alonso Cueto dijo: “Los relatos de Ulises Gutiérrez, ambientados en la sierra central, están escritos con una mano que no rehúye contar su historia pero que lo hace con enorme cuidado por la creación de atmósferas y escenarios. En el cuento que da título al libro, Gutiérrez describe las peripecias de un grupo de jóvenes recogidos por los soldados en los tiempos de la guerra senderista. En su imagen final, los muchachos ven un árbol de caucho, lejos de la selva, su hogar natural. La descripción del árbol de ramas delgadas como brazos, trémulo, desterrado, parece ser el final adecuado para la historia de una distorsión, la de la “vida que les ha tocado vivir”, a los personajes. Todos los relatos de Gutiérrez logran transmitir una intimidad ejemplar con sus escenarios.” (Perú 21. Lunes 1 de setiembre del 2008)

lunes, enero 26, 2009

Pedro Juan Gutiérrez

Eso es todo. No me interesa lo decorativo, ni lo hermoso, ni lo dulce, ni lo delicioso. Por eso siempre he dudado de una escultora que fue mi mujer algún tiempo. Había demasiada paz en sus esculturas para ser buenas. El arte sólo sirve para algo si es irreverente, atormentado, lleno de pesadillas y desespero. Sólo un arte irritado, indecente, violento, grosero, puede mostrarnos la otra cara del mundo, la que nunca vemos o nunca queremos ver para evitarle molestias a nuestra conciencia.

Así. Nada de paz y tranquilidad. Quien logra el reposo en equilibrio está demasiado cerca de Dios para ser artista.

Me metí las manos en los bolsillos. Sentí el billete de veinte dólares. Puedo comprar una botella de ron y una caja de cigarrillos. En mi cuarto de la azotea el ciclón debe estar soplando a todo trapo. Y mucho mejor si me llevo una mulata para allá arriba. Entonces no sé de cuál sombra emergió aquella negra loca. Nos conocemos del barrio. Yo no la saludo pero ella es fresca y siempre intenta conversar conmigo. Viene apresurada hacia mí. En un par de años ha sido sucesivamente la negra más pobre, cochina y apestosa de todo este barrio. De ahí se metió a jinetera de lujo, con perfumes chillones y vestidos de mucho brillo, blanco y rojos. Ahora es esclava de Jehová. Lo dejó todo para predicar. Anda con unos espejuelos gruesos, una Biblia y unas ropas muy recatadas, de colores discretos. Me vio y no me da tiempo a nada. Se me acerca aprisa y me suelta de sopetón: “Hermano, ¿tú sabes leer la Biblia? Hay un Salmo que quisiera comentar contigo. Es el 51, que dice: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad. Y límpiame de mi pecado.” ¿Sabes por qué David hace esta plegaria pidiendo purificación? ¿No lo sabes? Seguramente nunca lo has pensado.”

Ah, no. No tengo resistencia para esto. A veces es así. Uno se aburre y no hay nada que hacer. Me voy a buscar el ron y los cigarros. Después ya veré qué hago.

(De: TRILOGÍA SUCIA DE LA HABANA. “Yo, revolcador de mierda.” Anagrama Narrativas Hispánicas, 2000)

sábado, enero 24, 2009

La Feria del Libro de Trujillo 2009

La verdad es que tenía muchos prejuicios con esta nueva edición de La Feria del Libro de Trujillo. Pero felizmente me equivoqué, y me alegra que sea así.

Para los que hemos estado en la edición anterior, debo decir que esta feria ahora no se realiza en La Plazuela El Recreo, rodeada de cantinas, chongos, malandrines y demás.

Es por ello que debo felicitar a los organizadores, que tuvieron la excelente idea de cambiar de locación. El complejo Mansiche es no menos que perfecto.
Los stands de las editoriales (grandes e independientes) y distribuidoras están muy bien ubicados; a esto se suma el hecho de que hay mucho espacio abierto, todo está muy limpio, hay seguridad, ergo: todo muy bonito…

Y qué decir de sus dos auditorios principales: José Watanabe y César Vallejo. Realmente extraordinarios.

No me equivoco si digo que la logística de esta feria trujillana ha superado, de lejos, a las ferias limeñas del Jockey y Miraflores.

(Mi único reparo es que en la cafetería no encontré mi postre favorito: El Tres Leches.)

Pues bien, solo me queda recomendar, con toda la buena onda que tengo, que vayan a Trujillo y disfruten de su clima, sus playas, sus noches, sus crepúsculos naranjas y, muy en especial, de su ya insuperable feria del libro.

Imagen, Los detectives salvajes: Aldo Vivar, Francisco Ángeles, este blogger y José Miguel Herbozo, en el auditorio José Watanabe.

miércoles, enero 21, 2009

Revuelta Editores en Trujillo: Francisco Ángeles y Aldo Vivar

Este jueves 22 de enero se inaugura una nueva edición de La Feria del Libro de Trujillo. Y como es de suponer, Revuelta Editores no puede darse el lujo de faltar a este evento tan importante.

Por ello, los invito a que nos acompañen en el conversatorio que tendremos con los dos últimos autores de RE: Francisco Ángeles (LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO) y Aldo Vivar (EL ORDEN DE LA SOLEDAD).

El conversatorio se realizará el viernes 23, a las 4 pm, en el complejo Mansiche. Y estaremos acompañados en mesa por el excelente poeta y voraz lector José Miguel Herbozo (CATEDRAL (Estruendomudo, 2005), LOS RÍOS EN INVIERNO (Premio Nacional de Poesía PUCP 2007) ).

La comitiva de RE estará llegando el mismo viernes en la mañana, y seremos recibidos por Francisco, quien nos llevará, al toque, a disfrutar de su casa de playa en Huanchaco, el lugar idóneo para beber muchísimas cervezas heladas mientras vemos como las olas bañan el muelle del conocido balneario.

Ya saben entonces: F. Ángeles y Aldo Vivar en La Feria del Libro de Trujillo, este viernes 23, a las 4 pm.

Imagen, EL ORDEN DE LA SOLEDAD

lunes, enero 19, 2009

Entrevista: Francisco Ángeles

domingo, enero 18, 2009

Lunes 19: Conferencia de Patsy Aldana

VISITA A LIMA DE PRESIDENTA DE IBBY, IMPORTANTE ORGANISMO PROMOTOR DE LA LITERATURA INFANTIL. PATSY ALDANA ESTARÁ EL LUNES 19 DE ENERO DEL 2009 EN EL CCE, 3 p.m.

IBBY ( International Board of Books for Young People) asociación muy reconocida en el medio literario infantil y juvenil a nivel internacional tiene representaciones en 60 países. Organización No Gubernamental incorporada a Unesco y Unicef con estatus oficial. Cada Sección Nacional de IBBY está compuesta por grupos de intelectuales, escritores y artistas que desarrollan y promueven la literatura infantil y juvenil. Tiene como misión facilitar a los niños y jóvenes de todos los países oportunidades para acceder a los libros de calidad literaria y artística, favoreciendo la publicación y distribución de libros, especialmente en los países en desarrollo; proporcionando apoyo y formación a quienes trabajan con niños y jóvenes, a fin de estimular la investigación y la publicación de trabajos académicos en el campo de los libros para niños y jóvenes. En Perú tiene su representación a través del Centro de Documentación e Información de Literatura Infantil, institución que viene promoviendo la lectura y la producción literaria infantil desde hace 28 años.

Agenda:

1. Palabras de Bienvenida, por Nora Ravines, Presidenta del Centro de Documentación e Información de Literatura Infantil-IBBY Perú.
2. Exposición de documento "La situación de la lectura en el Perú", por Lilly de Cueto. Proyección audiovisual de proyectos realizados.
3. Presentación de Sra. Patsy Aldana, Presidenta del IBBY, quien expondrá sobre la labor y objetivos institucionales.
4. Diálogo con el público.
5. Anuncio del Convenio de transferencia de la colección de CEDILI para el servicio de consulta en la biblioteca del CCE, y su incorporación al IBBY, con la presencia del Director del Centro Cultural, D. Ricardo Ramón Jarne.

Jr. Natalio Sánchez 181, Santa Beatriz.

Imagen, Patsy Aldana

viernes, enero 16, 2009

Tlön, el hijo de Tarkus

(¿Cómo podría calificarse la breve existencia de Tarkus? Pues como un orgasmo perdurable cuyos gemidos de placer no han dejado de escucharse en treinta y cinco años, en estas décadas TARKUS (1972) ha sido editado por sellos de Europa y Estados Unidos; el LP original es una pieza fundamental para coleccionistas que no dudan en pagar lo que sea con tal de tenerlo.)

A estas alturas es imposible no reconocer a Tarkus como el Alma Mater del rock pesado en castellano. La banda estuvo integrada por los argentinos Guillermo Van Lacke y Darío Gianella (guitarra), y los nacionales Walo Carrillo (batería) y Alex Nathanson (voz). Aunque valgan verdades, en contra del dañino chauvinismo: Tarkus fue hechura de G. Van Lacke. La idea de formar una banda que rompiera los moldes que imperaban en el rock latinoamericano de los sesenta y setenta fue exclusivamente suya.

1972. Van Lacke conoce al baterista de Telegraph Avenue, Carrillo, en La Plaza San Martín. El argentino escucha las grabaciones que el baterista venía trabajando con su banda; queda alucinado, su oído percibe una nueva sensibilidad. Van Lacke retorna a Buenos Aires, se contacta con su amigo Darío, le cuenta lo fresca que es la escena peruana. No lo piensan más: vienen a Lima con el objetivo de hacer realidad sus proyectos musicales. Diez días viajando, tirando dedo, en los que aprovechan para componer las canciones de lo que poco tiempo después sería el LP TARKUS.


Esta primera y única producción no tuvo la misma atención que otras bandas sí. Sin embargo, Tarkus sorteó esos obstáculos y empezó a forjarse una hinchada fiel, que a la fecha no ha otra cosa que no sea la prodigar la mejor de las promociones: el siempre veraz boca a boca. Cuando todo parecía marchar sobre ruedas, la banda se disuelve a raíz de la renuncia de Darío por razones religiosas. Van Lacke retorna a Argentina y consigue un nuevo guitarrista, su amigo de barrio Carlos Salomón. De vuelta en Lima, Tarkus ofrece un par de conciertos más, los suficientes para darse cuenta de que “la cosa” no funcionaba, Darío se había convertido en un elemento indispensable, sin él la banda carecía del corazón que no paraba de bombear atonales chorros de sangre.

2007. Christian Van Lacke (el hijo de Guillermo) se encuentra en Lima, busca a Walo Carrillo en su casa de Pueblo Libre. La razón: se está produciendo la segunda re-edición del cd TARKUS de 1972, a cargo de Repsychled. Walo y Christian se ponen a pulir la edición peruana de TARKUS. El dueño de Repsychled, Andrés Tapia, les brinda todo su apoyo ni bien se topan con un regalo de los dioses: Alex Nathanson, quien vive en California, confirma que estará en Lima en el mes de octubre. ¿Qué significa esto? Pues que el inimaginable sueño de ver y escuchar a esta gran banda sí es posible. Es así que el viernes 9 de noviembre se presenta Tarkus, ahora como trío, con Nathanson en la voz, Carrillo en la batería y Ch. Van Lacken en la guitarra, en El Templario de Barranco.

2008. Tarkus ofrece su último concierto en el Centro de Lima, muy cerca de las cantinas donde tocaron en el desconcertante 1972. A los meses, Nathanson vuelve a California. Sin embargo, Walo y Christian siguen presos del hechizo por la reagrupación de la banda. Y ocurre lo obvio: dan forma a un proyecto estable con el objetivo de grabar un disco con los temas inéditos de Tarkus, más el detalle de componer canciones nuevas que perennicen su esencia: músculo en los acordes y poesía surrealista en las letras.

Tlön es el proyecto que tiene la finalidad de mantener y cuidar el legado tarkusiano. Más claro que el agua: el nombre proviene del conocido relato de Jorge Luis Borges. Rescatar lo que no debe ser olvidado, manteniendo su aroma y semilla. El cambio de nombre es entendible, faltan Darío (de quien no se sabe nada de nada hasta la fecha), Guillermo y Alex, como para que se hagan llamar como la banda original. Además, todos los cambios son buenos cuando se tienen la cosas claras, lo que permite refrescar la propuesta de sus predecesores, con la intención de que muchísimas más personas conozcan la herencia del cuarteto que puso contra la pared a quienes tuvieron la fortuna de presenciar sus ataques de furia musical que se ha mantenido por más de tres décadas en el más puro caletismo.
En el cd TLÖN (T Producciones, OGRO records, Repsychled) es patente la asimilación conciente de la tradición de Tarkus. Sus integrantes: Christian Van Lacke (guitarra y voz), Walo Carrillo (batería) y Marcos Coifman (bajo), muestran excelencia y nervio en canciones como “La ciudad despierta”, “Sorus” y “Espejos”; desgarradora sensibilidad en “Lulú está volando”, “Ukbar” y “Mar de manzanas”; y oscura y frenética pasión en “Bandera negra”, “Ella anda” y “Sí”.

Un aspecto que siempre se le ha reconocido a Tarkus, y que tampoco debe pasarse por alto con Tlön, es el cuidado que tenían con las letras. En este sentido es posible rastrear el influjo de Luis Alberto Spinetta en la voz de Christian Van Lacke. Como se podrá colegir, Tlön no solo privilegia la fuerza en la tocada, sino que esta hace gala de una canábica cadencia, llevándose todos los aplausos el bajista Coifman en canciones del calibre de, por ejemplo, “Sorus”.

Más allá de las inevitables comparaciones, es necesario dejar por sentado que Tlön se defiende solo. Decir que es un buen grupo sería una gratuidad insalvable. Estamos ante una gran banda que sabe lo que quiere, que respeta con coherencia el discurso de la banda de la que espiritualmente se nutre, lo cual es loable en estos tiempos en los que no pocos abrazan la huachafada y facilismo con tal de salir, en donde sea y como sea.

Para los interesados en conocer más de lo que fue Tarkus, los invito a darse una vuelta por el blog El Rock Suicidado (ver barra de enlaces), administrado por Christian Van Lacke. Como también entrar a este sitio en Myspace, cosa que se tiene una idea más clara de la propuesta de Tlön.

Imágenes: portada de TLÖN, Tarkus (1972), Tlön (Walo Carrillo, Marcos Coifman y Christian Van Lacke)

miércoles, enero 14, 2009

Recordando a Juan Ojeda

Camino por las calles de San Borja con Keith Richards. Hablamos de todo. Le digo que nunca más seré de derecha, aunque jamás abrazaré la causa de las izquierdas. Todos los discursos terminan cayendo como fichas de dominó. ¿De qué me vale protestar contra la masacre en Gaza si me quedo callado con los abusos y vejámenes que en nombre no sé qué viene cometiendo la dictadura castrita bajo el caduco ideal de la revolución? Pienso, creo, imagino y divago: los principios esenciales de la vida están por encima de toda preferencia ideológica. Qué alucinante sería protestar contra el atropello en Gaza y al toque empalmarla, en caravana, a la embajada cubana.

Keith Richards y yo seguimos caminando. Pasamos por la Biblioteca Nacional. Hace tres semanas estuve en sus instalaciones, buscaba un poemario de Marco Antonio de Lellis, COMO POLEN PSICOLÓGICO. Un buen pata me había pedido que lo lea y examine. Lo leí y examiné … Una porquería … Y para no deformar mi gusto lector- hay que estar alertas con la fuerza innata de la huachafada-, pedí que me alcanzaran EL ARTE DE OLVIDAR, de Vicente Azar. Lo leí muy despacio, como si bebiera buen vino, como si fumara un placentero cigarrillo con sorpresa, como si esperara que el cielo se abriera…Sin lugar a dudas, un gran poemario injustamente olvidado.

Le comento a Keith que hay poetas peruanos subvalorados, que corren el riesgo de que les pase lo que a Azar… Hablamos de Juan Ojeda (1944 - 1974) … Con gratitud y decepción. Gratitud porque es, de lejos, uno de los tres poetas más representativos de los últimos cincuenta años. Con decepción porque la crítica no se atreve a reconocerlo, pese a que hay un consenso en declararlo un muy buen poeta, pero lo de “muy buen poeta” le queda pequeño a cualquiera que haya dejado un librazo como EL ARTE DE NAVEGAR.

Me despido de Keith.

Me pierdo en las calles de Santa Catalina, rumbo a mi casa, fumando, y pensando en Ojeda. Recuerdo desordenadamente algunos de sus versos:

Porque no debemos permanecer,
La tierra se inclinó con un sonambulismo de voces,
Y los caminos fueron colmados en la inerte morada.
¿Qué premoniciones sostener en este insidioso sueño?
Caminar, sólo caminar, entre la sensación árida
Como una prisión de los sentidos. Y bajo los setos
El ruido de imprecisas manos ordenando las ruinas.
Silencioso día de la desesperanza en un ocio pobre,
Torpe de día del mudar de hábito como vieja cáñula
Desvencijada, allegando los leños ásperos de la locura.


Extraordinario, ¿no?

Paro un taxi.
Me dirijo a la cuadra 23 de la Av. Arequipa. Al llegar me topo con un par de conocidos señores que rozan los cincuenta años. No me queda otra que saludarlos, están alegres de verme. Uno fue mi profesor de química, el otro de física. Como mi colegio queda en esa cuadra 23, estos piensan que he ido a visitarlos … No pues, yo no los estoy visitando … Resulta que en esa misma cuadra, frente al que fue mi colegio, en una madrugada del 11 de noviembre de 1974, Juan Ojeda fue atropellado mientras toreaba autos.

No tardo en abrirme de mis ex profesores.

Prendo otro cigarrillo. Me detengo en el mismo lugar en el que Ojeda murió. La luz del semáforo en rojo. El tabaco me sensibiliza. No tengo dudas: Ojeda está a la altura de Rodolfo Hinostroza. Hay que leerlo más, hablar más de su poesía, ya pararla con las cantaletas sobre su vida, tan llena de anécdotas y sufrimientos.

La luz del semáforo en ambar.

Recuerdo más versos de Ojeda, los suficientes antes de cruzar la pista, porque, obviamente, yo no quiero morir como este gran poeta:

¿Qué atroz misterio deambula
En los posos resecos de la noche?
Arrojado fatigosamente sobre la tierra árida
Te habrías contentado con nutrir el ardor
En el venenoso invierno, y ya nada sobrevive
De tanta enconada miseria, ni las abluciones del corazón.


Imagen, Juan Ojeda
(Con ARTE DE NAVEGAR tenemos la poesía completa de Juan Ojeda. La segunda edición, la que tengo, fue publicada por Cronopia Editores, en el 2000)

domingo, enero 11, 2009

The Doors - "The Ghost Song"

jueves, enero 08, 2009

Roger Santiváñez sobre TEOREMA DEL NAVEGANTE


En la excelente web chilena Proyecto Patrimonio (o Letras.s5), acaba de publicarse el artículo "El guardián de la melancolía", en donde el reconocido poeta (y gran lector) Roger Santiváñez aborda el extraordinario poemario TEOREMA DEL NAVEGANTE, de Luis Eduardo García. Pueden leerlo aquí.

Imagen, TEOREMA DEL NAVEGANTE

lunes, enero 05, 2009

Blog: LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO

Pienso que para nadie es una duda que la novela de Francisco Ángeles, LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO (Revuelta Editores, 2008), es la más grata aparición literaria de los últimos años.
Claro, claro, puede decirse que mi entusiasmo es interesado porque soy uno de los dos responsables de esta publicación. Pero no es así. La literatura, para mí, es como el fútbol, cosa sagrada. Ergo, la pelota no se mancha.

Digamos también que este entusiasmo calza con la respuesta del público, la atención de la crítica y la buena onda de la prensa. Por ello, quiero invitarlos a darse una vuelta por el blog LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO (ver barra de enlaces), en donde podrán encontrar todo lo relacionado a esta novela: reseñas y comentarios de Javier Ágreda (La República), José Guich (Correo), Martín Palma (Carta Náutica); entrevistas de Carlos Sotomayor (Correo), Juan Carlos Gambirazo (Caretas), Tomacini Sinche (Expreso), José Vadillo (El Peruano); reportajes como el de Rafael Robles (La República); textos de presentación de Fernando Ampuero y Jeremías Gamboa; recuentos y estafetas, como la aparecida en la última edición de la revista Somos.

Obviamente en los próximos días habrá más sorpresas en cuanto a la novela de Francisco.

Por el momento, el blog LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO está servido y caliente.

Imagen, logo del blog LLEMDC

domingo, enero 04, 2009

Entrevista: Javier Alonso Benito