martes, diciembre 30, 2008

Paul Auster

Entre las fotografías de la bolsa, una trucada, tomada en un estudio de Atlantic City hace unos cuarenta años. Hay varias imágenes de él mismo sentado alrededor de una mesa, cada una tomada desde un ángulo diferente, de modo que la primera impresión es que se trata de un grupo de hombres distintos. Por la penumbra que los rodea y la total inmovilidad de sus poses, pareciera que se han reunido para llevar a cabo una sesión de espiritismo. Pero luego, cuando uno estudia detenidamente la fotografía, advierte que se trata siempre del mismo hombre. La sesión de espiritismo se vuelve real y es como si él hubiera asistido sólo para invocarse a sí mismo, para traerse de vuelta del reino de los muertos; como si triplicándose a sí mismo hubiera desaparecido de forma accidental. Hay cinco imágenes de él, y sin embargo, la naturaleza de la fotografía no permite el contacto visual entre sus varios yoes. Cada uno de ellos está condenado a seguir con la vista fija en el espacio, como si lo observaran los demás, pero sin ver nada, incapaz de ver nunca nada. Es una fotografía de la muerte, el retrato de un hombre invisible.

(De: LA INVENCIÓN DE LA SOLEDAD. Compactos Anagrama, 1994)

sábado, diciembre 27, 2008

LIBROS 2008


Sinceramente no tenía planeado hacer este post. A inicios de este moribundo 2008 me había propuesto ponerme al día con “algunos autores” extranjeros que por X motivos venía postergando, lo que me supuestamente me iba a llevar a leer a poquísimos autores nacionales; pues bien, me puse al día, y los resultados, en su mayoría, fueron más que provechosos. Y contra lo que esperaba, leí muchísimos libros peruanos.

En este post daré cuenta de los títulos que me han gustado y de aquellos que me parecieron interesantes.

Estoy muy seguro de que la producción literaria (en cuanto a calidad) de este año es la más floja en lo que va de la década. Muchos de los libros que verán a continuación merecieron otro año de publicación. El muy buen 2006, o el inolvidable 2005, por ejemplo. Está demás decir que la lectura es cosa seria para mí, me interesan los textos, me importan un rábano las personas que los escriben.

No podré tomar en cuenta la novela de Iván Thays, UN LUGAR LLAMADO OREJA DE PERRO, finalista del prestigioso Premio Herralde, por la simple razón de que aún no la leo. Lo mismo me pasa con LA VIDA NO ES UNA TÓMBOLA, de Siu Kam Wen.

Pasemos a las listas:

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NOVELA:

- LA ILUMINACIÓN DE KATZUO NAKAMATZU (San Marcos), de Augusto Higa Oshiro. Esta es la novela del año, sin lugar a dudas. Es una deliciosa novelita en la que es patente notar una prosa lírica cargada de una sensualidad que se degrada en el convulsionado mundo interior de su protagonista, un triste descendiente de orientales que vaga y vaga por las populosas calles de Lima aromatizadas con hierba, alcohol y sexo, confrontándose en extensos monólogos, dando rienda suelta a los demonios que corroen su identidad.

- LA NOCHE HUMANA (Copé), de Carlos Calderón Fajardo. En realidad son tres novelas breves unidas por un gran eje temático. Su lectura me reconfirmó a CCF como uno de los más importantes escritores peruanos de hoy. LNH es un canto a la vida y a la resistencia de los poetas, escritores y pensadores peruanos que intentaron abrirse paso en París en las décadas de 1920 y 1970. Miluska Ginsburg es la poeta peruana judía que recorre, en presencia y ausencia, las páginas de LA OREJA DEL ÉXTASIS, LOS MOVIMIENTOS DEL SILENCIO y VIDA INTERRUMPIDA. La tres novelitas se nutren bien, no se traicionan en estructura, y de ellas me quedo con LMDS.

- LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO (Revuelta), de Francisco Ángeles. Novela breve se abre a distintas interpretaciones. Solo los libros que son incapaces de generar discusiones y puntos de vista divergentes quedarán en el más completo de los olvidos, en este aspecto, la novela de Ángeles se encuentra a años luz de pasar desapercibida (dos reseñas en dos días seguidos, para un escritor debutante, no es poquísima cosa, sumado a que estas aparecieron en un mes marcado por un vendaval de publicaciones). LLEMDC posiciona a su autor como el más original de la camada de nuevos narradores peruanos.

- BOMBARDERO (Edición de Autor), de César Gutiérrez. Me gusta la ambición, me gusta el riesgo. Que las aguas se calmen para valorarla en su justa dimensión. Eso sí: tiene que leerse en su edición original, porque en tres partes como que se sienten las turbulencias. No puedo pasar por alto el hecho de que en B hay pasajes notables.

CUENTO:

- LOS ESPECTROS NACIONALES (San Marcos), de José Guich; CRÓNICA DE AMORES FURTIVOS (SM), de Sandro Bossio. Si consignaba el libro de Guich como el mejor en cuento, me iba sentir mal; si lo hacía con el de Bossio, igual. Así es que opté por declararlos empatados. Son los libros de cuentos del 2008. Con ninguno hay pierde.

También muchísimos debutaron en el terreno de las distancias cortas. Y a lo Pepe Carvalho, estuve tentado en quemar esos libros. Sin embargo, algunos títulos me dejaron con muy buena impresión, pese a las caídas formales y temáticas inherentes en toda primera publicación, lo que me lleva a no perderle el rastro a sus autores. Van: THE CURE EN HUANCAYO (Revuelta), de Ulises Gutiérrez; HERENCIA DE FAMILIA (Mesa Redonda), de Patricia Miró Quesada; NOCHE QUE VA CALLANDO (MR), de Jorge Harten; EL ORDEN DE LA SOLEDAD(R), de Aldo Vivar y CARTA A UNA MUJER AUSENTE (Arteidea Editores), de Lenin Solano.

POESÍA:

- AVE SOUL (Doble Príncipe), de Jorge Pimentel. Como dije en el post anterior, estamos ante un librazo. Por tratarse de una reedición, la primera es de 1973, no podría ser el mejor poemario. Pero si me dejo guiar por ese criterio, no estaría haciendo justicia al mejor libro de Pimentel. No reconocerlo sí sería una muestra tajante de imperdonable ignorancia y carencia de sentido común. AVE SOUL es el poemario del 2008.

No puedo dar cuenta de los libros de los jóvenes poetas, de la llamada generación del 2000. Los publicados este año son malos o pésimos. Ninguno se salva. A lo mucho dos rozan el nivel de aceptable.

De la generación anterior, la del noventa, varios poetas volvieron a la carga. Y debo reconocer la contundencia y calidad de los siguientes tres: AVES DE LA CIUDAD Y ALREDEDORES (Álbum del Universo Bakterial), de Rafael Espinoza; LOS DESMORONAMIENTOS SINFÓNICOS (Hipocampo), de Miguel Ildefonso y PARABELLUM (Santo Oficio), de Víctor Coral.

- TEOREMA DEL NAVEGANTE (Revuelta), de Luis Eduardo García. Como dicen los verdaderos poetas: la poesía es como el vino, el tiempo es el gran depurador. Es por ello que valió la pena que el reconocido poeta trujillano haya esperado casi quince años para entregarnos su cuarto poemario. En TDN se juntan los tópicos de la soledad y la reflexión, canalizados con una sensibilidad que divaga en el desgarramiento y el deslumbramiento. Para más señas: recomiendo la reseña que Enrique Sánchez Hernani escribió para El Dominical. (Aquí.)

ANTOLOGÍA:

Todo indicaba que MATADORAS (Estruendomudo) podía erigirse como una de las antologías más importantes. Es encomiable que una publicación como esta de testimonio del auge de la aparición de nuevas narradoras peruanas, pero acopiar no es reunir, ni mucho menos seleccionar. M es una antología muy irregular. Lo que me lleva a designar como la antología más interesante a 17 FANTÁSTICOS CUENTOS PERUANOS (Casa Tomada), de Carlos Sotomayor y Gabriel Rimachi. Salvo un relato que está demás, 17FCP goza de mucha fuerza, se lee con muchísimo placer, aunque eso sí: los dos prólogos carecen de espíritu de riesgo, juntos llegan a dos hojas y media.

ENSAYO:

- SUEÑOS REALES (SEIX BARRAL), de Alonso Cueto. Si aún no lees este libro, no tienes la más mínima idea de lo que te pierdes. SR tiene la gran virtud de contagiar la pasión por la lectura y relectura de los libros que el notable escritor aborda. En sus páginas Cueto "tatúa" el verdadero compromiso que los lectores y escritores debemos tener con los libros: con aquellos que realmente nos gustan.

- AÑOS DECISIVOS DE LA NARRATIVA PERUANA (San Marcos), de Ricardo González Vigil. Publicación en la que el importante crítico se centra, principalmente, en las dos décadas medulares de la narrativa peruana del siglo XX, la del cincuenta y sesenta. Podemos estar o no en sintonía con algunos de estos textos, pero no queda la más mínima duda de que enriquecen el imaginario del lector. RGV no es un literato que escribe para que lo lean cuatro gatos.

MENCIÓN ESPECIAL:

La biografía como género literario no está muy desarrollada en nuestra tradición. Después de mucho tiempo tuvimos dos buenas publicaciones: LA ARMONÍA DE H. Vida y obra de Luis Hernández Camarero (Campodónico), de Rafael Romero Tassara y LECCIONES DE VUELO (Estruendomudo), de Enrique Planas.

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Si hacemos un somero paneo de los libros, podemos llegar a la conclusión de que las publicaciones más llamativas estuvieron en manos, una vez más (al parecer), de las editoriales jóvenes (aunque no tan joven, sumemos a San Marcos que, aparte de haber entregado muy buenos libros, ha mejorado sus ediciones).


En estos momentos se me viene a la mente el único golazo, en años, de editorial grande, PUNTO DE FUGA (Alfaguara, 2007). Creo que estas solventes empresas de libros ya deben empezar a barajar la posibilidad de que sí puede haber "coherencia" entre calidad literaria y éxito comercial...Un consejo: no teman y salgan a pescar.

Imágenes, 1) LA ILUMINACIÓN DE KATZUO NAKAMATZU, 2) AVE SOUL. Los más destacados del 2008.
Actualización. Lunes 29. Otros balances literarios del 2008: José Guich (Correo), Ricardo González Vigil (El Comercio, (aquí la segunda parte)), Alonso Cueto (Perú 21), Javier Ágreda (Libros), Hildebrando Pérez y Pedro Escribano (La República), Carlos Sotomayor (Letra Capital).

lunes, diciembre 22, 2008

Librazo: AVE SOUL

Hace pocos días llegó a mis manos AVE SOUL (Doble Príncipe, 2008), de Jorge Pimentel. No tengo la más mínima duda: esta lectura me ha significado agradecidos martillazos en la cabeza. Lo he leído hasta cuatro veces en dos madrugadas. AVE SOUL tiene esa cosa extraña que te encandila, que te hechiza, como si estuvieras fumando interminables tronchitos psicodélicos. En sus páginas es patente el desborde de una sensibilidad atormentada, desgarrada, marginal, tierna… Como ya se ha dado a conocer, AS pertenecía a ese rubro de “libros secretos de los que se habla mucho, pero que nadie ha leído”. Este rescate editorial rinde justicia a la contundencia de este poemario editado en 1973, en España. No hay pierde en ninguna de sus páginas; poemas como “Balada para un amigo”, “La balada del hombre del siglo xxi”, “Balada para un caballo”, “Ave Soul”, “Escenas de un cuadro de N. Poussin”, “La balada de los relámpagos inacabables” (buen título para una novela, ¿no?) y “Balada para una madre que llora desconsoladamente en el Hospital de Enfermedades Neoplásicas al enterarse que su hijo de doce años va a morir” seguirán retumbando en la mente de este blogger por no pocas noches. Obviamente que hay más poemas, igual de inolvidables, como los no recogidos en la primera edición (“Rimbaud en Polvos Azules”, “Camino pedregoso” y “Escrito en un block de lluvia”), pero ahora solo doy cuenta de los que me han insuflado buen veneno. Con “Pimentel en el recuerdo”, Roberto Bolaño se abre paso en el prólogo de esta segunda edición. “Recuerdo que éramos pobres, no habíamos cumplido los veintidós años, llevábamos el pelo muy largo y teníamos unas bibliotecas magníficas, cuyos libros no solíamos prestar”, dice el autor de ESTRELLA DISTANTE, dando cuenta de su cercanía con el poeta Mario Santiago, con quien tenía muchísimas diferencias que iban de las filosóficas a las literarias, con algunos puntos de sintonía: “Uno de esos puntos era Hora Zero y Pimentel, al que pronto se agregaría Ramírez Ruiz, a quien Mario leyó con mucho más cuidado que yo, y Nájar, Cerna, Tulio Mora y Verástegui. En general estábamos de acuerdo en que la joven poesía peruana era de lejos la mejor que se hacía en Latinoamérica en aquel momento.” Bolaño vivía y moría por la poesía. Vivía y leía, leía muchísimo. Pocas veces este blogger ha leído prólogos que exuden saludables cuotas de inteligente entusiasmo, el chileno no se va por las ramas, equilibra los puntos de vista para resaltar lo que importa: la frescura de AS a más de treinta y cinco años de su publicación en España. “Actualmente un grupo de poetas mexicanos de vez en cuando saca algún poema de AVE SOUL, en revistas de existencia efímera. Y es curioso: esos poemas de Pimentel que siguen apareciendo en revistas mexicanas parecen (y en realidad son) más nuevos, en el sentido de que ofrecen alternativas poéticas y en el sentido de su puro goce estético, que la mayoría de los poemas que se acumulan en ese tipo de revistas cuya única razón de ser es la vicaria satisfacción de egos un tanto desbocados. Quiero decir: los poemas de AVE SOUL no han envejecido un ápice. Siguen tan frescos y legibles como cuando Pimentel los escribió. ¿De cuántos poetas latinoamericanos podemos decir lo mismo?” Sin embargo, el recordado chileno no es el único que aparece en esta reedición. También tenemos la “presencia” del poeta español Felix Grande, cuya carta, dirigida al entonces joven poeta peruano, fue publicada en la contraportada de la primera edición de AS. “¡Qué salto enorme! ¿Qué te ha pasado, muchacho? ¿La pobreza, la patria errante, la carne infinita de mujer, el odio del mundo como una niebla nauseabunda, la muerte de tu padre, el miedo? Otros, con todo eso se vuelven cínicos y viles. ¡Y tú compones AVE SOUL!” Sin palabras. Grande lo sintetiza todo. Esa carta es también un poema, un poema de “desobediencia y dolor”. Y regresando con Bolaño. Pues son una delicia sus dos secciones de cartas. La primera, escrita meses después de la salida de AS; la segunda, treinta años después, vía mail, cuando el escritor ya gozaba del justo reconocimiento internacional gracias a LOS DETECTIVES SALVAJES. Me gustaron más las dos cartas de la primera sección. En la primera carta, el chileno le pide al poeta peruano que responda un largo cuestionario, de 26 preguntas. Pimentel las responde, y Bolaño le contesta de esta manera: “Ok. Jorge –Hora Zero ya puede contar con tres integrantes más. Bruno Montané, Mario Santiago y yo. Esta tarde daré con Bruno un recital en Barcelona. Nos presentaremos como horazerianos…” Está demás decir que la presente edición es preciosa. Le hace honor al mejor poemario de Jorge Pimentel. La lectura de AS no solo se hace necesaria por su derroche de desgarradora sensibilidad, sino también es un ejemplo axiomático de lo que realmente debe importar a la hora de escribir poesía: entregarlo todo. 

viernes, diciembre 19, 2008

Jeremías Gamboa sobre LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO - Texto de presentación

El pasado jueves 4 se llevó a cabo la presentación de la novela LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO, de Francisco Ángeles. Para todos los que estuvimos fue una noche especial, redonda en todo sentido (pese a los reclamos por los cigarros). Y tremendamente sensacional horas después en Eka Bar.

Como bien se indicó, los encargados de presentar la primera novela de Francisco, fueron Fernando Ampuero y Jeremías Gamboa. (El texto de presentación de Ampuero lo pueden leer en la web chilena
Proyecto Patrimonio.)

Hace unos días le pedí a
Jeremías Gamboa su texto de presentación para publicarlo. Y como ya lo tengo, lo pego a continuación. (Es un gustazo publicar este texto del autor del librazo PUNTO DE FUGA en LFDLS.)

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LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO

“La primera línea podría ser el hotel”, señala, en la primera línea, el elusivo narrador de la primera novela de Francisco Ángeles, La línea en medio del cielo. Podría ser el hotel, sí, en donde ha habido un crimen de proporciones que le da al lector la sensación de entrar en una corta y trepidante novela policial, pero podría también ser una banca solitaria, la escena de una boda, una conversación en un local de bailarinas, un cielo estrellado o un chico mirando fotografías. O cualquier cosa. En el mundo de ficción de Ángeles cada línea es como un salto al vacío, cada línea podría ser cualquier cosa y todas porque aparentemente, en el desarrollo de los hechos de este libro, todo es intercambiable, nada esta fijo, todo puede mutar de un momento a otro.

¿Y entonces porque la primera línea “es” el hotel? Simplemente porque alguien lo decidió así; alguien, nunca sabremos con total certeza quién, decidió empezar así ese cuaderno de notas que parece abrirse ante nuestros ojos y que señala una serie de escenas, personajes, atmósferas que se suceden en un clima de ensoñación y asombro. El propio cuaderno lo señala en la página 87 del libro: “El cuaderno era la única historia, la única verdadera y la única posible. Todo estaba allí, en ese entrecruzamiento que comenzaba y recomenzaba infinitas veces, en esos episodios superpuestos que ya no se podían desligar unos de otros”.

De modo que estamos ante un cuaderno en el que alguien señala que la primera línea podría ser un hotel. Y lo es, y en él ha habido un brutal crimen. Desde entonces, como en un viaje onírico que nos lanza de una escena a otra, se suceden diferentes situaciones en las que los mismos personajes —un triángulo compuesto por Ignat, Virginia y el hombre de la cabeza rapada o Zeta— interpretan diferentes papeles, edades, posiciones, ante la perplejidad del lector. Ignat, el muchacho despistado, aturdido y dostoievskyano de las primeras páginas de la novela es a la vez un viejo que escribe en un cuaderno —acaso el narrador de la novela que leemos— y trabaja en una funeraria, un hombre enclavado en una oficina, un coleccionista de fotografías de personas que van a morir, un novio esposado a un matrimonio esquivo y trágico; Virginia es una muchacha desvirgada en un hotel, una mujer condenada al dolor y a la muerte desde el día de su matrimonio, una estudiante enamorada, una prostituta dedicada al baile y también una espía de los servicios de inteligencia del Estado; Zeta, o el hombre de la cabeza rapada, es el tercero en el triángulo, el amante de Virginia, el suicida que acude a Ignat para ser retratado antes de morir. No son todo esto de manera sucesiva o lineal, como podría ocurrir en la vida de personas que han experimentado diferentes posiciones con el paso del tiempo, sino que lo son de modo simultáneo y aparentemente ilógico. Como en un teatro de máscaras en el que intercambian posiciones, los tres y otros personajes —pienso en el Hombre de patillas, por ejemplo— se cruzan, entrecruzan o se encuentran con ellos mismos, parecen reclamar un espacio en el que lo aleatorio y azaroso proviene acaso de la lógica del surrealismo o de un mundo fantástico o acaso delirante. Se trata de La línea, otra más, entre el sueño y la vigilia. O entre la cordura y la franca locura.

Hasta ahí estaríamos ante una novela breve de corte surreal que parecería deberse a los influjos de un Antonio Tabucchi o a un relato paranoico al estilo de Mario Levrero. Y sí, hay en La línea en medio del cielo algo de esa extraña intensidad de las novelas del autor italiano o del uruguayo y sin duda, al leerlo, el libro de Ángeles me trajo a esos autores y, además, a la figura espectral de Mario Bellatin, acaso corporizado en el hombre calvo. Yo me atrevería a creer que no necesariamente es así. Aun cuando no pensaría derrumbar el árbol de referencias de este autor —Tabucchi, Levrero, Bellatin— creo que estamos ante una novela abiertamente posmoderna, en la que los sucesos que se dan de modo caprichoso o ilógico responden más al modo en que escribe quien escribe en ese cuaderno que se abre a nuestros ojos, esa persona que intenta tocar un mundo candente y traumático y que decide que la primera línea será un “hotel”.

¿Quién narra y escribe este libro y por qué? ¿Qué lo obsesiona? ¿Qué es lo que intenta abordar en él? A mí me queda la impresión de que quien está detrás de todo esto es Ignat, solo que no sé si es el Ignat joven que proyecta su vejez como un juego literario o si es ese anciano que intenta recontar los momentos más álgidos de su vida sentimental y que en la escritura esconde, escamotea, se elude a sí mismo ante el reto de tocar una historia de la que solo tenemos retazos. A mí me parece que es ése el narrador. Y si uno atiende el libro y sus entresijos encontrará algunas obsesiones que hablarían de sus motivaciones y pulsiones: una paranoia desaforada, un matrimonio condenado al fracaso y a la destrucción, un crimen bárbaro, un triángulo amoroso en el que no se descarta la traición femenina. Es a partir de allí que uno puede reconstruir las versiones posibles de aquel trauma, pero en la búsqueda que emprende el Ignat anciano de todas sus posibilidades, en la recreación de todos los hechos y su automática negación, uno solo encuentra las dudas de quien parece hacer y rehacer el pasado a su antojo ante la dificultad de nombrar directamente lo que quema, lo que sacude, y hacerlo siempre amparado en la libertad y la licencia de la ficción. “Solo veremos el derrumbe, muy antiguo” dice el narrador, “las ruinas de un pasado que solo queda idealizar, falsear, maquillar, creer distinto, mejor, superior. Y entonces el cuaderno, y entonces la escritura” (p 67)

“La línea siempre oculta”, se llama la segunda parte de esta novela, y el título es realmente justo: en ella la escritura es un corregir constante de la imagen que se tiene del pasado, un ocultar lo que está alojado al centro y un trazar un recorrido circular sobre un fondo profundo y vacío, un nombrar para ocultar. Quizás en ello, y en el clima paranoico y de resonancias políticas que contamina la novela, es que se descubre la otra gran presencia de este libro, la del argentino Ricardo Piglia. Como en muchas de sus ficciones, en esta breve novela de Francisco Ángeles no hay verdades fijas, imágenes detenidas o historias cabalmente delineadas. Solo asistimos a ver la punta de un iceberg que, oculto, está ahí, innombrable, inasible, inexpresable.

La línea en medio del cielo es por ello un libro intenso y de una extraña belleza. Leerlo ha sido para mí la certificación de que la narrativa peruana, y sobre todo la más joven, ha salido a crecer en la dirección que le da la gana y con buena salud. Ángeles ha escogido su veta y ha sido valiente en ella. Y con ella, con esta novela, ha abierto aun más el abanico de propuestas y alternativas de la literatura peruana reciente.

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Imagen, LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO

martes, diciembre 16, 2008

Por siempre Simenon

No recuerdo si en LFDLS habré escrito sobre Georges Simenon (1903 – 1989). Si no es así, esta es una oportunidad inigualable, la cual no nace de la nada, porque a causa del “ordenamiento” inevitable en el que sumerjo en este mes signado por los saludos impostados y sonrisas forzadas, me topé con siete novelitas protagonizadas por el comisario Maigret, presente en más de cuatrocientas novelitas de bolsillo del prolífico escritor belga.

Sensación rara la de encontrarme con estas novelitas, puesto que estaban escondidas en la sección Chauchilla de mi biblioteca, la cual voy a desaparecer a lo Pepe Carvalho para llenarla con las novelas de valía que desde hace semanas me piden ocupar esos anaqueles para mostrar sus lomos, tal y como ocurre con la deslumbrante EL SINDICATO DE POLICÍA YIDDISH de Michael Chabon.

Obviamente no he leído toda la saga del comisario Maigret, a mucha honra puedo afirmar que llego a los sesenta títulos. Por más que este personaje sea recurrente, es necesario resaltar que Simenon jamás ha caído en la repetición de temas, en cada título su comisario muta, da todo de sí con tal de resolver un caso, sin importar que en el proceso de la investigación queden expuestas todas sus miserias humanas.

De las siete novelas encontradas injustamente en la sección Chauchilla, cogí una al azar. Es así que, en la soleada tarde del domingo con sabor a cerveza fría en lata, releí LA MUERTE DEL SEÑOR GALLET. Ciento cincuenta y cinco páginas que me quitaron la resaca que arrastraba desde la madrugada del viernes

LMDSC es una novela policial menor, pero tiene todo lo que busco de las novelas de este género. No me refiero a una buena trama, ni mucho menos a chorros de sangre. Quien reduzca a estas características a las novelas policiales, pues simplemente o no ha leído policiales o las ha leído tremendamente mal. Lo que me fascina de Simenon es la capacidad para mostrarnos el rico tejido de interacción entre sus personajes, plasmando con sugerencia la sublime y abyecta fisonomía moral de los mismos.

En parte, solo en parte, LMDSC me hizo recordar a una de las mejores novelas del autor, EL HOMBRE QUE MIRABA PASAR LOS TRENES. Aún así, esta vez el legendario comisario la ve, literalmente, negra; acaba de salir de un caso que le ha demandado más de tres meses de intenso trabajo, y recibe la noticia que el viajante de comercio Emilio Gallet ha aparecido asesinado en el Hotel del Loire de Sancerre. Y pudiendo tomarse un merecido descanso, se hace cargo del asunto. Lo primero que hace es ir donde la esposa del asesinado. Es a partir de la primera conversación con la horrible cincuentona señora Gallet que él presiente que la investigación puede salírsele de las manos, puesto que ella no cree en la nefasta noticia que el comisario le comunica, ya que ella justo acababa de recibir una postal de su marido, pero desde la ciudad de Rouen, fechada en el mismo día que este fue asesinado. Maigret no tarda en descubrir que E. Gallet es un hombre que ha cargado por más de dieciocho años con una doble vida, y que la “fachada” que proyectaba hacia los demás le había traído una serie de enemigos a quienes les convenía matarlo cuanto antes.

En esta novela sobre la identidad en conflicto, para el observador comisario Maigret, antes de tomar nota de los testimonios que conocieron a Gallet, le es más importante guiarse por los detalles en sus interrogados (gestos, miradas, parpadeos) y sus involuntarias incoherencias, lo que le sirve para descubrir que el asesinato de quien vivió engañándose toda la vida está más que justificado.

Como suele ocurrir con la gran mayoría de novelas protagonizadas por Maigret, esta no se encuentra libre de la caída que siempre se le ha achacado al autor: el desenlace apurado, que no solo atenta contra la lógica del argumento, sino también con el ritmo de la narración. Es conocido que Simenon escribía estas novelas a razón de una por cada quince días, no hacía uso del reposo idóneo que toda novela debe tener antes de una nueva revisión; empero, estas lograban meterse de lleno en el imaginario del lector, haciendo gala del hechizo conferido solamente a los grandes.

El tiempo ha colocado a Simenon en el lugar que merece. No se le puede mezquinar por el hecho de haber sido un escritor de Best Sellers. Como bien señaló el autor de CIEN AÑOS DE SOLEDAD: “Simenon es uno de los más grandes escritores del siglo XX”. Totalmente cierto. Simenon fue el Dumas del policial, recogió del autor francés la rica herencia del folletín decimonónico. Escribía para que lo lean.

Imagen, Georges Simenon
(Actualización 17.12. 08. Revuelta Editores: aprovecho el post para darles el dato de la existencia del blog Revuelta Editores - Prensa. En dicho blog iré subiendo las reseñas, entrevistas y textos que den cuenta de las publicaciones de la editorial. Por el momento, vengo posteando (con su respectivo enlace) las que se encuentran en la web. En el último post pueden leer el texto de presentación de Fernando Ampuero sobre la novela LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO, el cual apareció originalmente en la web chilena Proyecto Patrimonio.

miércoles, diciembre 10, 2008

9 SONGS

En mi última visita al stand de César (Pasaje 18, Polvos Azules) me llevé no pocas películas, en especial una que andaba buscando: 9 SONGS (2004) del inglés Michael Winterbottom.

Como intento seguir toda la filmografía de Winterbottom, tarea difícil puesto que tiene más de cuarenta trabajos encima, el toparme con 9S significó una buena sorpresa (sin importar el retraso), aunque no por ello esta polémica película esté entre lo mejor que conozca del director, está a años luz de la inolvidable 24 HOUR PARTY PEOPLE, por ejemplo.

Imagino que los que ya la han visto tienen una idea de lo que voy a decir a continuación… Es cierto: en esta película hay harto sexo, el erotismo queda de lado, tenemos en todo su “esplendor” muchas muestras de copulación, masturbación, fellatio, eyaculación, y como tiene que ser, en sintonía con desgarrador rock de madrugada a cargo de Franz Ferdinand, The Von Bondies, Elbow, Black Rebel Motorcycle Club, Super Furry Animals, Dandy Warhols, Primal Scream y Michael Nyman, los que nos dan un respiro del proceso emocional y sexual de sus dos personajes, Matt y Lisa.

Matt (Kieran O´Brien) es un climatólogo inglés que trabajará en La Antártida, mientras vuela sobre el interminable hielo recuerda a Lisa (Margo Stilley), la estudiante norteamericana de intercambio que conoció en un concierto de Black Rebel Motorcycle en el Brixton Academy, con quien pasó casi un año recorriendo Londres y otras ciudades, y por supuesto, tirando sin parar, como bien lo dice, de arranque, el buen y triste hombre estudioso del clima: “Cuando me acuerdo de Lisa, no pienso en su ropa, ni en su trabajo, ni de dónde era, ni siquiera en lo que decía. Pienso en su olor, su sabor. Su piel tocando la mía”.

Estamos, como puede colegirse, ante el testimonio de un enajenado que cometió el craso error, imperdonable, de fusionar el sexo y el amor con una mujer de 21 años que lo único que quería era levantarse a alguien mientras hacía suyas las letras del “Whatever Happened To My Rock And Roll” de BRM.

Lo que estaba destinado en ser un choque y fuga, se extiende en una serie de encuentros en los que Matt entrega lo que Lisa no: sus sentimientos, porque es su actitud y lo que le cuenta a ella lo que marca la incoherencia de la frase inicial con la que pretende hacernos creer que mantiene el recuerdo de la estudiante norteamericana por el hecho de haber sido muy buena en la cama con él, lo cual es cierto, pero a medida que vamos siendo testigos de las demostraciones hormonales de la pareja, nos damos cuenta de que el climatólogo es un perdido enamorado, Lisa no solo representa la intensidad sexual, sino también el amor.

Lisa está en otra, sabe muy bien que pronto deberá irse y no permite que Matt entre en su vida, tal y como puede notarse cuando este la invita a salir en el día de Acción de Gracias y ella le responde que ya hizo planes para salir con unos amigos, “te aburrirías”, rematándola con un contundente “tu cena está muy buena”.

Como todo tiene su final, y con razón en una relación basada en el sexo y los sentimientos descompensados, vale llamar la atención el sublime tributo del director a la que es para mí la mejor película de Woody Allen, MANHATTAN. Lo dicho por Lisa es un calco de Tracy (Mariel Hemingway) ante el desconcertado Isaac Davis (W. Allen).

Imagen, 9 SONGS

lunes, diciembre 08, 2008

Miércoles 10: Presentación de EL ORDEN DE LA SOLEDAD de Aldo Vivar

Revuelta Editores tiene el agrado de presentar el primer libro de cuentos de Aldo Vivar, EL ORDEN DE LA SOLEDAD.

Lugar: Pescados Capitales (Av. La Mar 1337, Miraflores).

Hora: 8 : 00 pm.

Los comentarios estarán a cargo de los destacados escritores Iván Thays y Alonso Cueto.

Imagen, invitación electrónica.

domingo, diciembre 07, 2008

Thomas Pynchon

La música que se escucha ahora aquí, de cuerda, acompañada de la brillantez de los xilófonos, está basada en una vieja canción de moda que habla, irónica, pero delicadamente, de cosas que pasan todos los días: “Días de escuela, días de escuela”. Esta melodía, y otras por el estilo, como “Ven, Teodora, a mi máquina voladora” o “Habrá JARANA de verdad esta noche en la ciudad”, te arrebatan, te llenan de inspiración. El ritmo se ha hecho más lento y se desvanece en un porche con vidrieras de la planta baja, Slothrop y Katje tete-à-tete, solos excepto un grupo de músicos en un rincón se quejan con sacudidas de cabeza, que conspiran para lograr que, para variar, César Flebótomo los pague. Mal asunto, mal asunto… La lluvia aletea contra los cristales, los limoneros y los mirtos se estremecen afuera en el viento. Mientras se rehacen con croissants, compota de fresa, mantequilla de verdad y auténtico café, ella le hace repetir el perfil de vuelo en términos de temperatura parietal y coeficientes de Nusselt de termotransferencia, que él debe calcular en su cabeza a partir de los números de Reynolds que ella le lanza…, ecuaciones de velocidad, tiempos de recuperación, de amortiguamiento…, métodos para calcular el Brennschluss por radio o generación de impulsos…, ecuaciones, transformaciones…

(De: EL ARCOIRIS DE LA GRAVEDAD (Tomo 1). Ediciones Grijalbo, 1978)

viernes, diciembre 05, 2008

AccuRadio

- ¿Te gusta el Jazz?
- Claro. Aunque ahora mucho más que antes.
- Pero si a ti solo te gusta el rock.
- El rock del sesenta y setenta, no hay nada mejor que vivir atrapado en el tiempo.

Guillermo Niño de Guzmán cogió un pedazo de papel, y apuntó la siguiente dirección:
www.accuradio.com. Me lo entregó.

- Allí escucharás Jazz del bueno.

Nos despedimos. Me lo había encontrado en la presentación de la revista Fornix, hace ya más de cuatro años, cuando este blogger era un actor de reparto (como hasta ahora) de la parrillada de egos de los cuadraditos de la escena literaria limeña.

AccuRadio (The Next Generation of Radio) lo tiene todo. Seguramente muchos ya conozcan de su existencia, pero para los que no, va el post.

En esa web encontrarás rock, pop, jazz, salsa, música clásica, soul, world music, etc.; basta que hagas clic en cualquiera de los géneros para que accedas, en algunos casos, a más de quince opciones. Puedes pasarte las 24 horas del día al ritmo de Miles Davis o Wes Montgomery, o si quieres un poco de desenfreno canábico, con Iggy Pop o Jimi Hendrix (Classic Rocktopia). Obviamente los cortes comerciales no pasan del minuto y estos se dan a razón de tres o cuatro horas.

(De nada.)

Imagen, AccuRadio

martes, diciembre 02, 2008

Jueves 4: Presentación de LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO


Lugar: Anfiteatro Chabuca Granda de la Feria del Libro Ricardo Palma (Parque Kennedy, Miraflores).


Día: Jueves 4 de diciembre.


Hora: 08: 00 p.m.


Participan: Fernando Ampuero y Jeremías Gamboa


Revuelta Editores tiene el gusto de invitarlos a la presentación de la novela La línea en medio del cielo, primer libro de Francisco Ángeles, que se llevará a cabo este jueves 4 de diciembre en el marco de la Feria del Libro Ricardo Palma.

Presentarán el libro dos destacados escritores y periodistas: Fernando Ampuero, autor de larga trayectoria con más de una decena de libros de narrativa, entre los que cabe resaltar la novela corta Caramelo verde y los cuentos de Malos modales; y Jeremías Gamboa, quien en 2007 debutó con el prometedor libro de cuentos Punto de fuga, uno de los mejores libros del año pasado.

Sobre La línea en medio del cielo dice la contratapa:

Un viejo que trabaja en una funeraria, un grupo de conspiradores que no se sabe si realmente son conspiradores, un médico que cuenta historias de desaparecidos antes de desaparecer él mismo y un tipo con una extraña colección de fotografías son algunos de los personajes que aparecen en esta breve e intensa novela que explora los límites entre la realidad y la ficción.

Con una prosa precisa y vibante, La línea en medio del cielo es un apasionante viaje onírico que se desarrolla a través de sugerentes silencios, que cuenta muchas historias en medio de un trasfondo político que revela la posible ausencia de fronteras entre el mundo de la intimidad y el complejo mundo exterior.

La línea en medio del cielo es una novela que está llamada ocupar un merecido lugar de privilegio en el interesantísimo panorama de la nueva narrativa peruana, la cual nos permitirá conocer a un escritor de raza y riesgo como Francisco Ángeles.

Francisco Ángeles (Lima, 1977)

Estudió Literatura en la UNMSM. Ha publicado entrevistas, textos de ficción y de crítica literaria y de cine en distintos medios. Es coeditor de la revista virtual de literatura El Hablador y dirige el portal literario Porta9.

Imagen, afiche promocional