jueves, enero 31, 2013


martes, enero 29, 2013

Pasolini - Pound (1967)


sábado, enero 26, 2013


martes, enero 22, 2013


Reescribir

 
 
 
La verdad: no tengo la más mínima idea de cómo fue que empecé a escribir reseñas. Aunque reseñas no es propiamente lo que hago. Simplemente recomiendo libros, guiado y ayudado por los pocos recursos que tengo como lector impresionista. Carezco de las armas teóricas para hacer “reseñas” propiamente dichas, y en parte me alegra esa carencia, porque de haberla tenido, fácil no hubiera leído todo lo que he leído.
Más de uno piensa que este servidor es crítico literario. Para nada. Ni crítico, ni literato. Solo un lector que escribe, que administra un blog, que antologa, que es librero, que escucha rock, que ve todas las películas posibles y que vive en la medida en que sus fuerzas le permitan.
Durante un tiempo escribí reseñas. Para Siglo XXI, diario de Castellón al que le estoy muy agradecido por la posibilidad de escribir de libros que me gustaban. Sin embargo, por esas cosas de la vida, estuve revisando mi archivo de reseñas y me di con más de una sorpresa, la principal de estas: mi ingenuidad y voluntaria falta de análisis. Me causó vergüenza ajena “ver” la sarta de opiniones que emitía, ya sea a favor y en contra, y no quiero pensar en las motivaciones que tuve al momento de hacerlas. Muchos de esos libros los he releído en estos años y definitivamente ya no soy el que era; he cambiado, pienso, y hasta siento que a la fuerza, placentera por cierto, he madurado como lector.
La reescritura es también escritura, nueva escritura. La escritura es como el agua, hay que cambiarla, sino se pudre, fermenta. Los textos no son estáticos. En este sentido, de cuando en cuando, cogeré al azar una de esas reseñas, las releeré y las someteré a mi escrutinio. Es decir: las volveré a escribir y lo más probable es que dinamite las ideas que plasmé, pero algo me dice que repotenciaré mi gusto y admiración por aquellos libros que llegaron a mis manos cuando más los necesitaba.


sábado, enero 19, 2013


miércoles, enero 16, 2013


domingo, enero 13, 2013


viernes, enero 11, 2013

En BS 3: 'El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia'

 
 

Acaba de salir el tercer número de la revista Buensalvaje. Lo estoy leyendo y puedo decir que está muchísimo más que recomendable. Por mientras, les dejo mi reseña  de El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia de Patricio Pron.
 
 
La última novela del argentino Patricio Pron pone en entredicho lo que con ligereza se viene diciendo del poco interés de los nuevos narradores latinoamericanos para con la historia política de sus países.
El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia es, por donde se la mire, una novela política. Escrita en un registro autobiográfico y apelando en estructura a un curioso cruce formal (informes policiales, notas de prensa y declaraciones), que en contados tramos debilita la narración, Pron nos entrega una muy buena novela que transmite más en lo que no cuenta que en lo que enuncia. Como bien consigna el autor citando a Antonio Muñoz Molina: “una gota de ficción tiñe todo de ficción”. Es así como debe leerse este libro, como una ficción, no como una autobiografía, pese a que quieran vendérnosla como tal.
En la novela hay un tono íntimo, y me gusta: es duro y cruel y nada confesional. Nuestro narrador protagonista llega a Argentina procedente de Alemania. Le urge ver a su padre, quien está postrado en la cama de un hospital; sin embargo, el descubrimiento de unos folios en el escritorio de su progenitor lo lleva a hurgar en el pasado de sus padres, que fueron periodistas y activistas peronistas.  Esos folios son la investigación emprendida a razón del extraño asesinato de Alberto Burdisso. ¿Quién es este Don Nadie?, se pregunta el hijo. Sigue leyendo los folios y se entera de que Burdisso fue hermano de Alicia, gran amiga de su padre, periodista y activista como él, y una de las tantas víctimas de la dictadura militar de 1977. ¿Quién fue mi padre? ¿Quién fue Alicia? ¿Quiénes somos nosotros? Preguntas que de a pocos intenta responder nuestro ahora inesperado detective.
Pese a que la historia corre el riesgo de perderse gracias a los ya señalados registros, que es lo que finalmente perdura. En esta novela queda la marca del espíritu de verdad y compromiso, su hechura no obedece a estrategias comerciales. Aquí el lector es también protagonista.


miércoles, enero 09, 2013


viernes, enero 04, 2013


miércoles, enero 02, 2013